Son muchos los años y épocas que definen a Assassin’s Creed. Por mi parte llevo bastante tiempo metido de lleno en la saga, incluso rejugando alguno de tanto que me gustaba. En esta ocasión estaba entusiasmado, el cambio de aires a la saga y los últimos juegos me habían llamado la atención. Y tras egipcios y griegos tocaba vikingos, y acompañados claramente de mitología. Un punto que parece que se ha convertido en las bases los últimos años.
Ubisoft ha vuelto a crear una historia acorde al Credo de los Asesinos. Y todo el entusiasmo no ha sido en vano. La trilogía que comenzó en Egipto y continuó en Grecia este año termina en Inglaterra. Empezamos a tener respuestas, tras tanto tiempo, en una de las entregas más grandes de Assassin’s Creed, igualmente eso no quita que se abran otras puertas. Aún están a la vista varias expansiones de la historia, pero a continuación vamos a analizar la aventura base y todo lo que ofrece esta saga vikinga.
La historia de Eivor Matalobos
Los clanes noruegos parecían haber encontrado la paz a finales del siglo IX d.c., pero rápidamente todo se tuerce y nos damos cuenta de que la historia empieza con ansias de venganza por parte del protagonista. El mismo Eivor y su gran amigo, casi hermano, Sigurd, tras sus batallas en Noruega deciden buscar fama y riquezas en otro sitio. Y así llegamos a Inglaterra, tras un largo tutorial, listos para fundar nuestro asentamiento y comenzar las conquistas.
La premisa es simple, junto con nuestro equipo y drakar iremos abordando los distintos territorios ingleses. Estos normalmente terminan con una batalla de asedio, uno de los puntos fuertes del juego. Igual que los saqueos, limitados pero suficientes. Realizando este tipo de actividades y mucho más nos ganaremos la confianza de distintos reyes y duques por la región, y así aumentaremos nuestras alianzas. Todo esto con el objetivo final de derrotar a los cristianos y poder vivir en paz.
La Orden de los Antiguos ha vuelto
Este es el punto en el podemos referirnos a Valhalla como un Assassin’s Creed. La Orden de los Antiguos, previamente vista en Grecia y Egipto, ha continuado su desarrollo por distintas zonas del mundo. Y según nos informan dos asesinos que nos acompañan, Hytham y Basim, procedentes de Constantinopla, hacía mucho que el Credo de los Asesinos no actuaba en Inglaterra. Así que tenemos mucho más trabajo que hacer. Y esto no es nada nuevo, igual que en las preguntas tendremos todo un árbol con los enemigos de la Orden. Tendremos que buscar pistas y guiarnos por la astucia para ir encontrando a los futuros templarios de la región. Además, como también es el caso, a varios guerreros protectores de la misma orden, cada uno con habilidades únicas y distribuidos por todos los reinos.
Ahora bien, si hablamos de Asesinos no nos podemos olvidar de la historia y por qué estamos aquí. Nos movemos al presente para descubrir que Layla y su equipo se han movido a Canadá para continuar con sus operaciones. Al principio no conocemos mucho, pero según avanza la trama vemos más de un giro de guión, y de lo más interesante. Según parece, hasta aquí se resuelven ciertas cosas de la historia de los Asesinos, y conecta incluso con ciertos acontecimientos de hace muchos años, relacionados con Desmond. Si no le recordáis, el anterior protagonista de la saga.
Este es un gran paso que tenía que haber en la saga, pues Origins nos hablaba de los orígenes del Credo. Pero Odyssey parecía olvidarse bastante de ello. No ha sido hasta Valhalla que realmente sientes de nuevo el estar junto al Credo de los Asesinos. Aunque a su manera, pues Eivor es un personaje de lo más curioso, y el trato que hay en la historia con estos nos ofrece un punto de vista nunca visto.
Un mundo nórdico colosal
Siempre pienso que el trabajo de Ubisoft con los escenarios y la recreación de entornos es sublime. ¿Quién no querría perderse por un mundo así? Desde los impactantes fiordos noruegos hasta las verdes colinas y castillos en Inglaterra. Y no me olvido de la mitología. La cual también han interpretado, de una forma muy original, y a mi parecer han dado justo en el clavo. Y de la misma forma podemos hablar de la potencia gráfica, pero esto no suele ser novedad, es un juego de última generación y se nota mucho.
Tampoco es una sorpresa ni un spoiler, podemos ir a Asgard y Jotunheim. En estos mundos interpretamos a Odin, pero siguiendo en la piel de Eivor. Llegados a este punto quizás nos vemos hasta abrumados ante la cantidad de zonas nuevas que tenemos que explorar. Igualmente, la historia y las actividades en estas son un gran punto positivo, nos sirven incluso para distraernos un rato de nuestros quehaceres en tierras inglesas.
Solo hay un punto que le pesa a la saga en este apartado, era un problema antes y lo sigue siendo ahora. Y sin entrar en detalles de cuán grande es el mapa, o incluso la cantidad de zonas que hay, vamos a decir que es excesivo. El mapa es precioso y está cuidado al detalle hasta el último rincón. Pero claro, no hay interés en esos rincones. Una vez llevamos mitad de la historia, el juego se convierte en una cuesta difícil de subir. Y esto es más porque ya contamos con un equipo muy mejorado, posiblemente tengamos más nivel del recomendado, y el ritmo de la historia empieza a ser algo más lento. Y es aquí cuando notamos que el juego quiere alargarse innecesariamente. Con actividades, que en general, se notan de relleno y nos retrasan, algunas de estas también repetitivas.
Ser un vikingo significa mucho en Assassin’s Creed
Ser un vikingo e invadir las tierras de tus vecinos implica muchas cosas. El camino de la saga va por los mismos sitios, sin querer probar muchas cosas nuevas, aunque queriendo volver a traer ciertas cosas. Una de estas cosas, y que tanto ha gustado es la evolución de nuestro asentamiento. Similar a Monterriggioni en Assassin’s Creed 2. Necesitaremos de recursos y suministros para construir y mejorar edificios. Además, muchos en nuestro clan querrán ayuda con alguna cosa. Podemos hacer banquetes, pescar, ir de caza y de paso mejorar nuestro equipo, o incluso poner a la última nuestro drakar.
Recuerda también a anteriores entregas el tono musical, pero no tanto como su secuela. Valhalla tiene su melodía épica, y a la vez tranquila y armoniosa. La elección ha sido sublime en este caso, hace sentir muchos de los momentos de nuestra aventura realmente únicos.
Y con todo lo bueno, y la increíble perspectiva que nos muestra Ubisoft de los vikingos nos encontramos con problemas imposibles de omitir. Estos problemas son principalmente bugs y faltas de pulido en ciertos aspectos. Las expresiones y las interacciones con más de un NPC se sienten vacías, y con tantas horas de juego y tantos personajes por el mundo esto es un fallo notable. Muchas misiones tienen problemas al cargar y en ciertas cinemáticas te terminas acostumbrando a algún que otro espontaneo.
Assassins Creed Valhalla es un juego que cumple totalmente con las expectativas, que ofrece una continuación a la saga al nivel de un dios nórdico. Con cientos de actividades y misiones podremos quedarnos fácilmente 80 horas de juego disfrutando de todo el contenido. Quizás algo excesivo, y con sus fallos, pero entretenimiento tenemos, y es posible incluso que aprendamos algo por el bello camino que nos lleva hasta el Valhalla.