Este 16 de agosto nacía Castaway, un pequeño juego indie desarrollado por Canari Games, creadores también del título Lunark, lanzado a principios de 2023. En esta ocasión, nos pondremos al frente de la pantalla para encarnar a un náufrago que acaba de llegar a una isla infestada de monstruos. Éstos, además de arrebatarle todas sus pertenencias, secuestrarán a su perro, por lo que es aquí donde comienza nuestra travesía por la isla. Abajo os dejamos el análisis de Castaway con total detalle.
De náufrago a héroe
Tal y como os comentábamos en el párrafo superior, nos despertaremos en la playa de una isla abandonada. No tardaremos en bajar por el muelle, o lo que queda de él. Justo delante, tendremos nuestras herramientas y lo más importante: estará esperándonos nuestro perro, quien también ha sobrevivido al naufragio.
Por desgracia, no todo iba a ser tan sencillo: varias aves gigantes deciden arrasar con todas nuestras pertenencias (incluido el perro) y llevárselas a puntos extremos de la isla. Solo nos dejarán una única herramienta: nuestra espada.
Pese a que pueda parecer un buen punto de partida, tener un arma no nos garantizará la supervivencia al completo. La isla está completamente infestada de monstruos, y tendremos que ingeniárnoslas, comprendiendo las mecánicas de cada uno, para derrotarlos sin mayor problema. Los hay desde simples «cangrejos» a robots que nos dispararán balas. No hay mucha más variedad de enemigos más allá de los iniciales y los bosses, pero son suficientes para el juego que Castaway busca ser.
¿Habéis jugado a…?
Si bien es cierto que las comparaciones son odiosas, es inevitable jugar a Castaway y recordar títulos pasados. Castaway tiene dos referencias muy claras, ambas pertenecientes a la misma saga: The Legend of Zelda: A Link To The Past y The Legend of Zelda: Link’s Awakening.
Estos videojuegos, en su día, marcaron un antes y un después en la manera de concebir determinadas mecánicas de videojuegos, y esto, precisamente, es lo que Castaway trata de calcar. Desde herramientas como el gancho que te permite moverte entre plataformas que no tienen unión entre sí, e incluso la voltereta a modo de esquive perfecto al ataque enemigo (que, por cierto, no siempre funciona).
Es, quizá, el mayor problema que posee esta entrega: la falta de innovación en mecánicas. Es cierto que a nivel narrativo no busca contar una historia, más allá de darnos una única misión, pero al final todo termina volviéndose repetitivo en un mapa excesivamente pequeño.
Un juego de Jam
Todos estos factores, como la inspiración o la breve historia, empujan a pensar que este título, muy seguramente, haya nacido en una Jam. ¡Y es perfecto así! Con una duración muy breve (apenas nos ha llevado cuarenta minutos completarlo), es idóneo para competiciones y retos que cualquier desarrollador es capaz de afrontar. El problema nace cuando el título se lanza a Steam sin apenas añadidos que le sumen algún minutaje de duración.
Los desarrolladores son conscientes de esta problemática, por lo que han implementado un modo roguelike donde todas las salas siguen exactamente el mismo orden cada vez que las repitamos. Contando con este modo, el juego nos durará una hora y media, tiempo suficiente como para que haya jugadores que decidan devolver el título a la plataforma online.
Esto puede perjudicar gravemente al equipo desarrollador de Castaway. Tal vez alguna serie de minijuegos o puzzles podrían servir de ayuda a la hora de continuar con la explotación de este título que, ya os adelantamos, tiene un potencial enorme, sobre todo en su apartado visual.
En definitiva, es un juego idóneo para los más nostálgicos de aquellos videojuegos de Zelda más retro
Castaway: Un título independiente muy llamativo en lo visual, pero que en lo jugable se queda corto en ciertos sentidos. El modo roguelike le añade algo de acción y de durabilidad, pero sigue siendo insuficiente para todo lo que podría exprimirse este título. – Ariana Aguado
Este análisis de Castaway ha sido posible gracias a una Key para Steam proporcionada por el equipo de desarrollo, Canari Games.