Su última actualización no tiene ni un mes y ya podemos confirmaros que se ha ganado varias decenas de miles de adeptos. Core Keeper, el juego independiente cuyo objetivo principal será sobrevivir dentro de una cueva de proporciones épicas que, además, posee varios secretos esperando ser descubiertos. Vamos a echarle un vistazo más de cerca en este análisis.
De boca a la cueva
No nos vamos a engañar: el principio de Core Keeper es, sin duda, lo más cliché del título. Os cuento: formamos parte de un grupo de exploradores que han partido a encontrar nuevos hallazgos a la jungla. De repente, metemos el pie en un hoyo y… caemos de bruces en una cueva oscura, justo delante de tres tótems enormes que, lógicamente, no están ahí por casualidad.
Al examinarlos, veremos que cada uno posee una ranura con una forma distinta, haciendo entender al jugador que hay que conseguir los tres objetos que encajen con cada uno de los huecos. Fácil, pero, ¿por dónde empezar a buscar? No tenemos materiales, herramientas ni nada que nos indique por dónde tenemos que ir. Apenas contamos con un pequeño candil que iluminará unos cuantos pasos alrededor de nosotros. Nada más.
Pues al más puro estilo Steve de Minecraft, nos tendremos que liar a golpazos con todo lo que se nos ponga por delante. Los primeros materiales que podremos romper a puño limpio serán los más básicos (aunque todo puede romperse a puño limpio en este juego): madera, bloques de tierra, setas y algunos frutos que iremos encontrando por ahí.
De esta forma, poco a poco, el jugador irá consiguiendo objetos y mejoras. Desde antorchas a espadas cortas hechas de estaño pasando por picos, cañas de pescar… Todo es posible en Core Keeper.
La progresión depende de ti
Si bien durante los primeros veinte minutos de juego Core Keeper no es nada amigable con el jugador (exceptuando, tal vez, que spawnean menos enemigos de lo habitual), en cuanto entiendes la forma de funcionar del título, el resto viene rodado.
Me explico: el juego te da toda la cancha que necesites para hacerte a sus mecánicas. No tardarás demasiado en aprender a abrir el inventario, ver qué elementos puedes craftear y hacerte con los materiales suficientes para ello. De esta forma, al crear las primeras mesas de fabricación que están disponibles en el juego, entenderás que cada material tiene unos usos concretos. Que no todo lo que encontrarás en tu periplo por la cueva servirá para lo mismo, ni por asomo. Es por eso que la progresión la marcas tú. Tú decides cuándo avanzar para conseguir el siguiente material que te proporcionará nuevas opciones e inventos.
Por ejemplo, en cuanto creas la mesa de fabricación de madera verás las limitaciones que posee este material, dado que los objetos que puedes crear a partir de la madera no son demasiado valiosos. A lo mucho, un horno, una cazuela y alguna trampa de pinchos. Tras ello, llegarás a la mesa de cobre. Y ahí el juego se vuelve más profundo, otorgándonos la posibilidad de crear yunques e incluso forjas ferroviarias (funcionan mejor que Renfe, prometido). De esta forma, en una sucesión de materiales, Core Keeper crea su profundidad y nos impulsa, sí o sí, a la exploración de la prácticamente infinita cueva en la que estamos metidos.
Y es por eso por lo que el título aboga por una progresión propia. No es necesario que estés constantemente explorando si no te apetece o, incluso, si te asusta. No es necesario que estés todo el rato cosechando. Sólo lo harás si realmente te apetece. Si quieres estar una tarde tranquilo/a haciendo housing, eres libre de ello. No tiene ningún contador de tiempo ni de fecha, y es de las mejores ideas que han tenido la oportunidad de no-implementar en el juego. No hay estrés, no hay prisa. Sólo estás tú y tú decides qué hacer y cuándo hacerlo.
Es más, no importa qué tareas quieras llevar a cabo. Core Keeper consigue que estés horas y horas sentado en el sitio llevando a cabo las tareas más nimias y, para cuando las hayas terminado, pensarás «joder, qué bien me lo estoy pasando«. Porque siempre tiene algo nuevo, algún bioma o escenario que no te esperabas encontrar y que te permite hallar nuevos objetos.
Profesiones, ¿son realmente importantes?
Si hay algo que puede marcar la diferencia entre partidas y personajes son, sin lugar a dudas, las profesiones. A la hora de crear un personaje a nuestra imagen y semejanza, se nos otorga la opción de escoger entre distintas profesiones que, por supuesto, nos proporcionarán una serie de beneficios… Aunque solamente en el early game.
Esto es: puedes escoger que tu personaje sea hechicero o explorador y, según tu elección, el personaje aparecerá con una herramienta u otra (un bastón mágico o un pico, por ejemplo). Sin embargo, a medida que avanzamos a lo largo de Core Keeper, iremos encontrando objetos que nos permitirán realizar las funciones de cualquier profesión, independientemente de la que hayamos escogido en un principio.
Y aquí viene un primer fallo del que hemos sido conscientes tras más de diez horas de gameplay: el juego brinda muchos más objetos a una profesión concreta, situándola por encima de otras que, por desgracia, quedan algo más descuidadas. Es el caso de la hechicería: la gran mayoría de vestimentas que encontraremos poseen efectos muy beneficiosos para esta rama profesional, pero no hemos encontrado ni rastro de algún objeto que brinde apoyo a otros trabajos.
Y, profundizando un poco más en este aspecto, ¿sucede algo si queremos dejar de ser mineros y vestirnos de hechiceros? En absoluto. Toda prenda y toda herramienta nos servirá exactamente igual que a otro jugador que escogiese esa profesión en un principio, lo que termina sucediéndose en un pequeño reroll.
En nuestro caso, creemos que Core Keeper escalaría en profundidad y dificultad si ese reroll fuese más costoso, además de incluir una mayor cantidad de objetos relacionados a otras profesiones. También cabe destacar que el juego se encuentra aún en fases de desarrollo, habiendo aterrizado hace apenas unos días su versión 1.0. Los desarrolladores todavía están a tiempo de ir incluyendo detalles que mejoren estos aspectos.
Y ahora sí, hablemos de la actualización
Tal y como os comentábamos a lo largo del párrafo anterior, Core Keeper recibía su actualización a la versión 1.0 hace apenas una semana, acompañándolo de su lanzamiento oficial en Steam. Con ello, el título abarca nuevos biomas, nuevos enemigos y nuevos e intrigantes detalles que iremos descubriendo a medida que exploremos la enorme cueva que nos rodea.
Es ahora donde tendremos que aprender a orientarnos mejor que nunca, situando distintos hábitats en puntos del mapa bastante dispares entre sí, siendo lo más lógico ir a los extremos del lugar para encontrarlos. Como cada seed, cada mapeado, es aleatorio en cada partida, no podemos aseguraros al 100% que los vayáis a encontrar a la primera en vuestras expediciones, pero sí que os llevará un rato de minería de lo más gratificante.
¿Y por qué gratificante? Porque Core Keeper se encarga de que el descubrimiento de cada uno de esos biomas merezca la pena, tanto por la parte jugable como por la visual. El título es un despropósito en lo que a belleza gráfica refiere, evocando una vez más el espíritu de que no son necesarios los gráficos hiperrealistas para crear un juego altamente disfrutable.
Nuevos enemigos y… nuevos bosses
Si el juego base ya incluía tres peleas con tres bosses distintos, la actualización suma, por supuesto, más enemigos de élite dispuestos a proporcionarnos más de un dolor de cabeza para acabar con ellos. En esta versión 1.0, el juego incluye a los Titanes (sí, como los de Shingeki no Kyojin, pero con más colores), una serie de enemigos a gran escala con distintas estrategias para derrotar a cada uno.
No hay duda, el título se esfuerza en añadir horas y horas de entretenimiento. Y da igual qué es lo que más te guste: si la exploración, el housing, el combate, la agricultura o la alquimia. En Core Keeper tienes para elegir y, lo más importante, no hay prisa por hacer absolutamente nada. Es, sin duda, uno de los descubrimientos del año.
Core Keeper: Un título independiente basado en mecánicas tradicionales que las explota para encumbrarlas al máximo nivel. Con algunos detalles por pulir pero con un gran futuro por delante. – Ariana Aguado