«La mayor Odisea de todas»
¿A quién no le ha apetecido alguna vez viajar a otra época y conocer las antiguas civilizaciones? Bien, Assassin’s Creed Origins nos llevaba a Egipto, a contemplar las impresionantes pirámides, ahora os doy la bienvenida a la Antigua Grecia. Probablemente tras la civilización egipcia, la griega era una de las más pedidas por los fans y Assassin’s Creed Odyssey nos traslada a Grecia para que vivamos nuestra propia Odisea.
Cómo no podía ser de otra manera, el inmenso equipo de Ubisoft se ha encargado de recrear hasta la última piedra del mapa, es tan sorprendente el territorio por el que nos podemos mover que supera a cualquier entrega anterior, incluso a Origins y Black Flag. El detalle está cuidado al máximo y en el mapa podemos encontrarnos con más de un monumento, que nos vuelve a recordar una vez más, que estamos en una de las mayores civilizaciones de la Antigüedad. Los templos y las estatuas, así como personajes de la talla de Heródoto y Sócrates nos ponen en situación para comenzar nuestra aventura por la Hélade.
El contexto histórico
El contexto en el que se desarrolla nuestra odisea es en el 431 a.C, concretamente al comienzo de la Guerra del Peloponeso. Esta guerra enfrenta a la Liga de Delos, liderada por Atenas, y a la Liga del Peloponeso, liderada por Esparta. Nada más comenzar tendremos la primera elección de muchas, escoger al protagonista, Alexios o Kassandra. He de mencionar que compartiremos aventura con otro protagonista: Ícaro, nuestra águila. Como uno de los dos hermanos espartanos tocará cerrar tres arcos distintos que se van alargando y cruzando durante todo el juego. Uno de ellos tratará profundamente la guerra que se está librando en Grecia, los otros dos involucran a la familia y al credo. Es importante mencionar que está última entrega es anterior a la creación de la Hermandad de Asesinos.


Digo “la primera elección de muchas” porque este Assassin’s Creed, más que ningún otro, es un RPG, y además plagado de decisiones, que nos llevarán por unos caminos u otros. Origins ya nos ofrecía un sistema de rol realmente amplio, pero Odyssey es un juego más vasto y nos ofrece hasta nueve finales distintos. Las misiones secundarias no son distintas, incluso en estas tendremos distintas opciones de diálogo. Entre las novedades se encuentra la posibilidad de flirtear, alguna vez tendremos la opción de ir más allá si la situación acompaña.
Uno de los mayores cambios en referencia a Origins es el cambio de la civilización egipcia a la griega, esto supone un gran cambio de culturas y sobretodo en la mitología. Nos olvidamos de los dioses egipcios para sumergirnos de lleno en la mitología griega. Era obvio, sí, pero las menciones a los dioses griegos están a la orden del día. Lo mejor de todo es que os acordaréis fácilmente de todos, entre los incontables templos y las magníficas esculturas vemos veneraciones a Dioses como Zeus, Poseidón, Hades, Atenea, y muchos más.
RPG elevado a la máxima potencia
Cuando empecé a jugar al Odyssey pensaba que simplemente se aprovecharían del éxito de Origins y que reciclarían gran parte del contenido y mecánicas. Es innegable, así ha sido, sin embargo, aun tratándose de la misma fórmula resulta ser más entretenido este último. Han mejorado el sistema para subir habilidades, ahora están mejor diferenciadas en tres ramas: combate a distancia, combate cuerpo a cuerpo y sigilo. Por si fuera poco, tenemos varias habilidades equipadas simultáneamente, y más de una, os daréis cuenta rápidamente, es algo sobrehumana. Además, si no queremos gastar puntos en habilidades podemos gastarlos en características pasivas del personaje, esto es realmente útil ya que nos da la posibilidad de mejorar mucho ciertas aptitudes como el asesinato, la salud, el daño con ciertas armas e incluso el daño que seremos capaces de bloquear.


Probablemente el menor cambio lo veremos en nuestro inventario y en el equipo que podemos ponernos. Se mantiene la interfaz y los objetos de clase diferenciados por colores: el gris es común, el azul raro, el morado épico y el dorado legendario. Han añadido más sets de armaduras legendarias y al equiparse un set completo recibiremos una pasiva extra, única y especial de ese ser. Los sets se pueden ir consiguiendo al acabar con distintas ramas del Culto de Kosmos, los antagonistas del juego que quieren acabar con nuestro linaje. Este culto es similar a lo que vimos, una vez más, en Origins, eso sí, aún más extenso y complejo porque este culto conoce las habilidades tan especiales de nuestro protagonista.
Y es que del linaje va la cosa porque somos nietos de Leónidas, y lo que nos confiere el poder para tales habilidades sobrehumanas es la lanza de nuestro abuelo. Esta la podremos ir mejorando a lo largo de la historia, la cual se enlaza con la primera civilización, ya mostrada alguna vez en Origins. La conexión entre las dos entregas cada vez parece más cercana, en Odyssey nos asemejamos más a un semidiós y parece que la esencia del asesino se pierde, tanto es que no vemos hojas ocultas, pero aún pensando que esto sería un problema me he dado cuenta de que me he vuelto ha equivocar. Odyssey es mayor y mucho más grande que Origins, con jefes y bestias mitológicas de un nuevo calibre, por lo que el cambio a un mercenario con habilidades absurdamente fuertes no es malo.
Un sinfín de cosas por hacer
Era inevitable, había que volver a hablar del Origins para comparar otra mecánica, esta vez la de los mercenarios. Esta vez nos encontramos con distintos rangos de mercenarios y tendremos que ir subiendo de rango para ganar aún más pasivas. Hay un gran cambio con respecto a los mercenarios de Egipto y por lo que parece también han intentado imitar tímidamente el sistema némesis del Shadow of Mordor. Realmente casi todos los añadidos a esta nueva entrega son mejoras de su precuela, pero simplemente el mundo, los diálogos y la gran expansión del juego son tan interesantes y originales que realmente no te das cuenta de la repetición de ciertas mecánicas. A la larga, sin embargo, esto puede ser un problema, sobre todo porque es un juego largo y no todo el mundo puede permitirse más de 80 horas hoy en día.


Las conquistas es otro gran punto fuerte del juego. El mapa de Grecia está divido en regiones, cada una está controlada por un bando, o atenienses, o espartanos. Podremos debilitar el poder de la región quemando recursos, matando soldados y asesinado al líder de la región. Una vez hayamos mermado suficiente las fuerzas defensoras de la región nos saldrá la opción de conquista. En ese momento escogemos a que bando queremos unirnos, al defensor o al atacante. Tras la batalla, la región se reiniciará, pero esta vez con el bando ganador de la batalla controlando la región. En las batallas conseguiremos una gran cantidad de oro y experiencia, además de algo de equipo, así que resultan vitales para desarrollar nuestro personaje.
Si os aburrís con el sistema de mercenarios infinitos o las conquistas, aún quedan misiones secundarias y contratos que hacer. Los contratos los encontraremos en los tablones de anuncios de las ciudades, son infinitos, según terminemos un par podremos ir a por más contratos. Ya hemos mencionado que el mapa es extenso, puede que incluso agobie lo grande que es, pero por todas las regiones hay cientos de cosas que hacer y nos garantizan entretenimiento durante muchas horas.
La Adrastea será mi herramienta, y el Egeo, mi campo de batalla
Los barcos están de vuelta, y lo celebramos, porque no son solo de transporte como ocurría en Origins, esta vez nos recuerdan al tan amado Black Flag. La Adrastea es el nombre que recibe nuestro navío, y estaremos acompañados en todo momento de nuestra fiel tripulación y Barnabás, amigo y segundo al mando. De manera similar a la entrega de los piratas tendremos que mejorar el barco, esto incluye al casco, los remeros, las flechas, las lanzas, los braseros y mucho más.
Las batallas navales se desarrollan de manera similar, podremos cubrirnos cuando nos ataquen, para disminuir el daño, y atacar con andanadas cercanas, estas se realizan con las lanzas, para las más lejanas disparamos flechas. También se irá llenando una barra, similar a la de las habilidades especiales, con la que podremos lanzar flechas y lanza incendiarias. Por último, al derrotar a un barco llegará el momento de abordarlo y llevarnos todo lo que haya en sus cofres.


Acompañado de tus lugartenientes, los cuales puedes reclutar y escoger a gusto propio, surcarás el Mar Egeo. Ciertas zonas serán más peligrosas, y puede que incluso haya piratas, pero ahí reside la magia. Junto con la nueva forma de exploración de este Assassin’s Creed podremos ir en busca de tesoros, bucear, o incluso intentar matar a algún que otro tiburón.
La conclusión de nuestra Odisea
Antes de dar mi última opinión quiero mencionar la banda sonora, probablemente al jugar un par de horas te das cuenta de que la melodía te resulta familiar. Parte de la banda sonora es un remake de la del Assassin’s Creed II, se ve que Ubisoft ha querido tocar la fibra sensible de los fans. Aparte de la versión rehecha de la saga de Ezio contamos con una música impresionante, que, sin lugar a dudas, la nombraría como una de las mejores de toda la saga.


Assassin’s Creed Odyssey es una maravilla, el detalle de cada rincón del mapa, las conquistas y el gran mundo griego son pruebas suficientes de que esta saga está mejor que nunca. El mayor pecado: su duración. No es un juego apto para aquellos que cuenten con poco tiempo para jugar, el contenido casi infinito y la posibilidad de subir al máximo nivel (Nivel 99 actualmente), son una auténtica locura. Por otra parte, si tienes mucho tiempo o no juegas a muchas otras cosas más y te ves dispuesto a comenzar tu Odisea por el mundo griego, adelante, este es tu juego.