Hace ya una semana que Devolver Digital publicó uno de los indies más esperados de este año, Cult of The Lamb. Ya cuenta con más de doce mil reseñas de usuarios en Steam y se ha convertido en carne de meme en redes sociales. Traído directamente desde el culto, queridos adeptos, os dejamos el análisis de Cult of The Lamb.
Un adorable corderito, líder de una secta
Sí, tal y como lo habéis leído. En Cult of The Lamb encarnaremos a un cordero que ha perdido la vida al ser sacrificado por seres superiores. Al morir, otro ente, marginado por los demás, se apiada de nosotros y decide que nos devolverá a la vida. Pero no todo iba a ser así de gratis: tenemos que montar una religión en su nombre. Y, qué narices, vamos a ello.
Nos destinarán a una parcela de campo bastante extensa, llena de árboles y de recursos que podremos aprovechar para multiplicar los beneficios de nuestro culto, y poco a poco empezaremos a encontrar adeptos que se unan a nuestra causa y obedezcan todo aquello que nosotros dictemos. Para no perdernos, contaremos con la ayuda de Ratau, un ser que ya intentó crear un culto en honor a Aquel Que Espera (quien nos ha salvado la vida), y de esta forma avanzaremos por el tutorial, entendiendo las mecánicas del culto y todo lo que podemos hacer ahora que somos prácticamente dioses.
¿Es de día? Da un nuevo sermón. ¿No tienes recursos suficientes para construir aquello que deseas? Esclaviza a tus adeptos, ellos los conseguirán por ti. ¿Te da pereza construir esa estructura por la que tanto querías los recursos? Esclaviza de nuevo a los adeptos, ellos lo harán por ti. ¿Sientes que la lujuria se apodera de ti? Cásate con un adepto, o con dos, o con todos. Eres completamente libre de hacer todo lo que quieras con ellos, incluso sacrificarlos en un ritual demoníaco en tu honor. ¿Se muere un adepto? Coméoslo. Siempre y cuando les recojas las heces y el vómito, eso sí. Por todo hay que pagar un precio, ¿y qué clase de líder serías si no recogieses heces y demás efluvios de tus adeptos?
Pero hay un problema (más allá de hacer de canguro y limpiar decenas de cacas al día), y es que hay cuatro seres superiores que no están contentos con que estemos montando un culto llevando nuestra curiosa corona negra. Lo que Aquel Que Espera nos indica es que tenemos que derrotarlos, y como somos corderos obedientes, pues vamos con ello. Total, ya no podemos volver a morir.
Leshy, Heket, Kallamar y Shamura son los cuatro jefes con los que tendremos que lidiar, aunque no será tan fácil como llegar y besar al santo (o al demonio, visto lo visto). Cada uno estará protegido por dos semi jefes que tendremos que derrotar antes de llegar a cada uno de los cuatro anteriormente mencionados.
Y así, poco a poco, iremos fortaleciendo a nuestro cordero, nuestra secta y nuestras propiedades en este asombroso indie veraniego, pero esto no sería nada más que una ideal premisa de no ser por su también ideal jugabilidad. Vamos a verla en este análisis de Cult of The Lamb.
Jugabilidad sobresaliente para el corderito
Este es, sin duda, uno de los puntos más fuertes del juego. La gran fluidez de movimientos y la rapidez con la que entendemos todos los conceptos que rodean la entrega hace que esta entrega nos encandile. La calidad y el mimo con el que los escenarios se han ido creando a lo largo del desarrollo han quedado patentes a lo largo de Cult of the Lamb.
Mazmorras que cambian cada vez que entras a ellas (algo que nos ha recordado mucho a los ya conocidos juegos de Pokémon Mundo Misterioso), la rejugabilidad con la que cuenta, que cada vez que acabamos con uno de los cuatro bosses, sus mazmorras se vuelven más complejas en cuanto a dificultad, la propia historia… Todo ello forma parte del explosivo cóctel que es Cult of The Lamb: adictivo, interesante, rejugable y divertido.
Además, es necesario destacar lo bien afianzados que han quedado todos sus conceptos. Es cierto que tenemos que cuidar del culto, cuidar de que la fe en nosotros no se pierda, cuidar de que los adeptos vivan bien, no enfermen y no deserten… todo mientras estamos dentro de una mazmorra laberíntica. Y lo mejor de todo es que es posible mantener todo en equilibrio si nos organizamos bien. No hay ningún elemento que se pise entre sí porque todo podemos resolverlo con eficacia y rapidez
El apartado artístico, toda una delicia
Y por si no era suficiente con hacer una historia interesante y una jugabilidad más que competente para esta entrega, llegamos al apartado visual, la guinda del pastel que corona al cordero como uno de los mejores indies de este año con gran certeza.
No cabe duda: visualmente es una gozada. La paleta de colores no necesita, en gran parte, utilizar tonos excesivamente brillantes (a excepción de los escenarios y fenómenos importantes, como los puntos de fe y los bosses), y todo se llena de vivacidad pese a ello. Las tonalidades se funden entre sí para dar lugar a un fenómeno que oscila entre lo tétrico y lo adorable, y eso es increíblemente complicado de conseguir.
Y esto se da gracias a la ayuda de los trazos y el estilo de dibujo que forman a Cult of The Lamb y que no tiene desperdicio en su análisis. Los delineados negros y el dibujo en sí ayudan un montón a verlo todo muy compacto y adorable, como es el caso de los adeptos. No hay manera de que veamos feo a uno solo de ellos, ni ningún escenario lo es. Está tan bien delimitado y tan cuidado que, estemos donde estemos, estaremos disfrutando de una experiencia que se quedará guardada en nuestros corazones.
Un juego esencial en tu biblioteca
Si te gustan los juegos de gestión de recursos y de mazmorras cambiantes, este es tu juego. No busques más, no lo necesitas. Cult of The Lamb es una entrega memorable y divertida con la que pasarás un buen rato hagas lo que hagas. Y lo recordarás por las decenas de pequeños detalles que tiene, la banda sonora y la cantidad de horas que se le puede echar para coronarte como el dios de los dioses.
Cult of The Lamb
Pros
- La rejugabilidad de Cult of The Lamb es, sin duda, uno de sus puntos más fuertes
- La historia está muy bien contada, sin excesos de cuadros de texto y fácilmente entendible
- El humor de la entrega arrancará una sonrisa a varios jugadores sin lugar a dudas
Contras
- Los mapas de las mazmorras a veces son muy traicioneros y los enemigos no se ven con la facilidad que deberían