Tal y como lo leéis, Dead Island 2 ya es una realidad, y hoy os traemos su análisis. Los supervivientes de Banoi y Hanoi ya podemos volver a vivir una aventura de primera en Hell-A, la nueva ciudad de Los Ángeles infestada por zombies de todo tipo. Acompáñanos a hacer un tour por la ciudad. Agárrate, que vienen curvas (¡y zombies!).
Banoi, Hanoi, Hell-A
Nuestra nueva historia comenzará en un vuelo hacia Los Ángeles en mitad de una plaga zombie de lo más letal para el ser humano. Los protagonistas, que pasan de ser 4 a ser 6, a diferencia a las anteriores entregas de la saga, se enfrentarán a un brote zombie durante el vuelo. Sorprendentemente, sobrevivirán al choque del avión. Entre las llamas, saldremos prácticamente ilesos (y algunos hasta de mejor humor). Una feliz casualidad que se nos cruzará ante un cruel destino: el tener que recuperar Hell-A de las manos de los zombies.
A lo largo de nuestra travesía, nos encontraremos con personajes de lo más peculiares, como viene siendo ya típico en Dead Island: una actriz comida por el miedo, una comandante borracha, una streamer que nos pedirá que nos juguemos el tipo por sus vídeos… Y no podía faltar, por supuesto, Sam B, quien está de regreso en la entrega tras sus aventuras por Banoi y Hanoi... Y de las que todavía no consigo explicarme cómo ha salido ileso, aún sabiendo el final de Dead Island: Riptide.
Si bien es cierto que la historia de Dead Island 2 no varía tanto en cuanto a contenido en referencia a sus juegos predecesores, sí que es cierto que es muy entretenida. La fórmula ya es clásica en los juegos de zombies: hay una plaga, te enteras de que eres inmune al virus, todo el mundo te encarga salvar a X o conseguir Y, y poco a poco te vas desenvolviendo entre las zonas que componen todo el mapa hasta llegar al final.
Es un modelo que no falla, que gusta y que, pese a que pueda aparentar que cansa al jugador, no lo hace del todo, ya que las posibilidades van cambiando. El cómo se suceden los acontecimientos en la entrega y la rienda suelta que se nos otorga para llevar a cabo las misiones encomendadas es la clave de la entrega.
Una mejora en todos los sentidos
Ya en Dead Island y Dead Island Riptide gozábamos de unos controles magníficos y de una jugabilidad excelente. No era complicado: crear armas nuevas a partir de los recursos que nos íbamos encontrando. Repararlas, mejorarlas, encontrar armas nuevas, intercambiarlas… Incluso desbloquear habilidades una vez conseguías niveles de experiencia. Todo estaba en nuestra mano. Pero esos primeros juegos tenían un error garrafal: el personaje no podía agarrarse a superficies para subirlas. El juego quedaba muy entorpecido en cuanto a la exploración del entorno.
Y ahora, en Dead Island 2, podemos decir que este error se ha solventado. Sí, un detalle tan pequeño como el poder agarrarnos a superficies marca la diferencia entre salvar nuestra vida y darnos un aporte de adrenalina o tener que correr hasta nosédónde quedándonos desorientados. Pero ya no es solo el hecho de saltar lo que agiliza la jugabilidad.
Es también el permitir dar patadas voladoras, permitir al jugador parar el modo furia cuando desee, tener ataques físicos especiales, el utilizar el entorno de forma sabia para desencadenar ataques elementales… Y el mazo de habilidades. No podemos olvidarnos del mazo de habilidades.
Esta nueva mecánica, que se va desbloqueando paulatinamente con la historia, consiste en obtener una serie de cartas para mejorar nuestras habilidades. Es cierto que por mucho que mezclemos o combinemos estas cartas, no hay una combinación que favorezca por encima de otras o que nos perjudique, pero sí que es cierto que nos permite acomodarnos a nuestra manera de jugar Dead Island 2.
La masacre zombie, perfectamente imperfecta
Ya en los primeros tráilers de la entrega, lanzados hace años y que no podemos obviar en este análisis, veíamos que Dead Island 2 iba a focalizarse en un objetivo: masacrar zombies. Y no mentían. Hell-A es, como su propio nombre indica, un infierno zombie. Todos a la vez, en todas partes. Pero no nos vamos a engañar: las peleas con los bosses no terminan siendo tan épicas como lo fueron en Dead Island y Dead Island: Riptide.
Tener que enfrentarnos a un aplastador vestido de novia al principio es divertido, sí, porque no nos lo vemos venir. Pero ese aplastador ni tiene ataques especiales ni tiene más trama aparte de ser una mujer a la que el apocalipsis le ha destrozado la boda.
Además, el catálogo de zombies no dista tanto de aquello que ya vivimos hace tanto tiempo. Tenemos al aplastador, al carnicero, al baboso… Es agradable verlos remasterizados y mucho más amenazantes, pero no hay retos nuevos. Ya sabemos cómo derrotar a estos zombies. Solamente aparecen un par que no existían en las entregas anteriores, y qué rabia. En el ámbito de los zombie survival, Dead Island es una gran referencia. Más variedad de enemigos habría convertido la entrega en EL juego.
Te gustará si…
Pero, pese a todo lo dicho en este análisis de Dead Island 2, no nos vamos a mentir. Es una entrega que, pese a que no diste tanto de sus predecesoras, va a hacer que te diviertas sí o sí. Ya sea masacrando zombies, descubriendo easter eggs, explorando Hell-A y todos los escenarios del juego… Te gustará si disfrutaste de las entregas anteriores y si disfrutas de machacar zombies de cualquier manera y a tu ritmo.
Dead Island 2
Pros
- ¿Quieres disfrutar de una masacre zombie con gráficos bastante realistas? Lo tienes
- ¿Quieres disfrutar de varias horas de historia en un mapa inmenso? Lo tienes
- ¿Quieres echarte a reír cada cinco minutos porque el guión es divertido? Lo tienes
Contras
- ¿Buscas profundidad en la historia, con debates morales y duras decisiones? No lo tienes
- ¿Estás expectante por descubrir otros tantos tipos de zombies completamente nuevos? No lo tienes