Primeras Impresiones de Death Trash

Se cumple casi una semana desde el lanzamiento de Death Trash, el nuevo RPG de mundo abierto creado y publicado por Crafting Legends. Después de la demo que se anunció en el E3 de este año, era un título esperado que ganó la atención de muchos amantes del Pixel Art. El juego aún está en Early Access, pero eso no impide que le saquemos un buen rato.

La historia nos sitúa en Nexus, un planeta extraterrestre que la humanidad ha acabado colonizando en su conquista de las estrellas. Somos expulsados de una comunidad subterránea por haber desarrollado una extraña enfermedad. En la superficie, deberemos aprender a sobrevivir junto con otras personas expulsadas de la simulación o el ‘CiberVientre’. Han pasado años desde que ocurrió ‘El Sangrado’, una lluvia de sangre que causó la aparición de Titanes y mutantes. Una sustancia desconocida, ‘La Carne’ crece por todas partes y parece poseer consciencia. Nuestra misión será averiguar la causa de nuestros vómitos, a la vez que vamos descubriendo las respuestas al caos y destrucción que asolan la superficie.

En cuanto al GamePlay, disponemos de habilidades y atributos que escalan con nuestra experiencia en el juego. El juego es fluido, y los combates usan armas de melee y de munición. Se consiguen luchas interesantes al poder combinar ataque de corto y largo alcance, junto con esquives. Como enfermos que somos, podemos literalmente vomitar en cualquier parte del juego, emborracharnos con bebida barata y consumir alimentos alucinógenos. En Death Trash, todo se utiliza para algo. Hasta la basura que recogemos del suelo puede ser intercambiada por recursos, armadura, o munición. El juego permite libertad a la hora de interactuar con npc’s, podemos intercambiar objetos, desbloquear diálogos, o simplemente volarles la cabeza con un rifle. Esto causa que ciertas misiones puedan cancelarse y fracasar cuando muere el otro personaje.

Gráficamente, es un juego completo. Es Gore. Es Violento. Y no atiende a modales. Visualmente se aprecia la decadencia de Nexus y de sus habitantes. Las animaciones son correctas, y casi puede olerse la sangre que cubre toda la partida. El juego está repleto de esta sustancia llamada ‘La Carne’, una masa grotesca e informe que lo envuelve todo. Por el mapa hay repartidos restos de los Titanes que una vez poblaron el planeta: Cabezas, vísceras, órganos, etc… Vemos criaturas que se arrastran por el suelo, mutantes, ciborgs.

Ciertas partes del juego es cierto que se vuelven repetitivas a la vista. Al desplazarte por el mapa hay ‘encuentros’ con mercaderes y bandidos; pero parece que algunos escenarios se hubiesen reciclado o generado aleatoriamente, pues están casi vacíos y sin utilidad aparente. Algunas partes del juego también se desarrollan en interiores (minas, laboratorios, guaridas), y estas zonas también se quedan cortas de originalidad. Acaban por convertirse en pasillos y habitaciones repetitivos que no hacen justicia al Pixel Art por el que el juego atrae.

En el apartado sonoro no nos quejamos. La ambientación es contundente, y cada zona tiene su música característica. Los combates son envolventes y los disparos satisfactorios. Se nota la atención al detalle, en las pisadas, las peleas, y el desarrollo general del juego.

Como ya se ha dicho, Death Trash está aún en desarrollo. Como tal, tiene algunas lagunas no solo en la historia, que no avanza demasiado, sino en el contenido general. Falta variedad en los enemigos, y trabajo en algunas partes del dibujo de escenarios. El contenido actual puede darnos para unas 6-7 horas si vamos a completar la campaña y algunas misiones secundarias. Nuestra recomendación sería esperar al lanzamiento completo del juego, para así poder disfrutar más de la experiencia. Death Trash tiene una base sólida y puede convertirse en un buen título.