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Análisis DOOM: The Dark Ages – El origen de la furia

¿Oléis eso? Efectivamente, huele a carne frita de demonios que se acaban de topar con una versión del DOOM Slayer completamente despiadada y violenta, pues DOOM: The Dark Ages nos muestra el origen de todo ese odio que porta el icónico protagonista de la saga. ID Software parece haber aprendido (y mucho) con Doom Eternal, pues fue una auténtica revolución en la saga aportando todavía más sensación de frenesí y violencia y, nuevamente, la fórmula parece repetirse.

Es cierto que la saga está un tanto desordenada y que, a fin de cuentas, lo que importa es pegar unos tirillos por aquí y por allá, pero su historia ya ha sufrido un reinicio con Doom (2016) y este no fue el primero, pues Doom 3 (2004) también resulto una especie de reboot. En esta ocasión, la historia de The Dark Ages no parece concordar mucho, así que cabría esperar que se trate de un «nuevo arco«.

Además, os recordamos que podéis visitar nuestra sección de guías, donde os compartiremos algunos trucos y consejos para este título, como por ejemplo la lista de todos los logros y trofeos.

Motosierras, gasolina y todo muy varonil

DOOM: The Dark Ages comienza explicándonos de una forma bastante curiosa los orígenes del Slayer, en un entorno que parece ser una hibridación entre el medievo y el futuro. Debemos destacar que la historia no es para nada compleja y, si no has jugado ningún otro juego de la saga, puedes disfrutar este juego a la perfección, aunque puede ser que te pierdas ciertos detalles y guiños.

Realmente la historia es correcta, aunque sí que un poco (demasiado) esperable, pues al fin y al cabo si aparecen demonios… Who you gonna call? Pues al Slayer, obviamente. Lo bueno es que gracias a los múltiples secretos que te encuentras en los mapas, puedes ir conociendo algo más sobre los distintos personajes, e incluso especies de demonios gracias a un códice donde se reúne bastante información.

Sin embargo, el punto fuerte de todos los Doom suele ser su jugabilidad y las ganas que tienen los jugadores de causar un verdadero caos y convertir el planeta en un picadero de carne demoníaca, así que si la historia flaquea un poco… ¡No pasa nada, hemos venido a otra cosa!

Un elenco de armas que favorece lo sangriento

Si hay algo que debiera destacar sobre DOOM: The Dark Ages, sin duda alguna serían sus armas. Empezando por el escudo (que es una de las más vistas en los tráilers) que porta una sierra a su alrededor y nos aporta tanto una nueva forma de movimiento, como de interactuar con el entorno de lo más interesante.

Por otro lado, las armas de fuego hay de varios tipos, sin olvidarnos de las escopetas que siguen haciendo auténticos destrozos. Armas de energía, otras que utilizan calaveras para disparar astillas de hueso… ¡Y no nos olvidemos de las armas de cuerpo a cuerpo como los puños o la maza! Pese a esto, hemos de confesar también que pese a tener opciones tan atractivas de armas (si es que hay hasta un lanzagranadas), al final siempre acabas acudiendo a las mismas por comodidad o porque sencillamente son efectivas contra una mayor diversidad de enemigos.

Una de las mecánicas introducidas más llamativas y, que siéndoos sinceros, tras acabar el juego no sabemos si nos convence o no, es el bloqueo perfecto o parry. Este nos parecía una auténtica pasada al principio de nuestra aventura, aunque acabó apoderándose de la mayor parte de la jugabilidad, pues hay peleas que se basan al completo en esto.

Acaba con todos como puedas

Esto es algo que realmente nos ha encantado. En DOOM: The Dark Ages tendremos distintas misiones en la campaña (un total de 22), en las que podremos jugar al modo más clásico «a pie», aunque también podremos montarnos en torretas en ciertas secciones para acabar con auténticos titanes, pero… ¡La cosa no acaba ahí! También podremos montarnos a lomos de un dragón mientras acabamos con naves e incluso montarnos en una especie de mecha gigante para acabar con los enemigos más grandes.

Esto nos ha encantado, pues al final las misiones pueden llegar a ser muy largas y si no aportas estos cambios de dinámica, creemos que puede llegar a sentirse algo pesado. Esto si lo sumamos a la necesidad de encontrar los tesoros o cumplir ciertos objetivos, teniendo que abrir el mapa una y otra vez… Puede resultar algo tedioso.

En la variedad está el gusto

La cantidad de enemigos, jefes y pequeños comandantes es bastante interesante y, alguno es incluso único de las misiones que hagamos a lomos del dragón o del mecha que os nombrábamos anteriormente. Además, los entornos son de lo más variados y, tal y como podréis ver en las imágenes, el juego se ve impresionante en más de una sección. En cierto modo, era esperable, pues Doom Eternal ya se veía francamente bien teniendo en cuenta que lo que se busca no es que te quedes mirando dos horas a una textura, sino que precisamente se enfatiza constantemente en la necesidad de avanzar rápido.

Los escenarios han perdido algo de verticalidad, mientras que han ganado en extensión, pues nos toparemos con largos campos de batalla que nunca antes habíamos visto en la saga.

Por otro lado, la música era una de las cuestiones que más preocupaban a los fans más acérrimos de la saga, pues Mick Gordon no estaría al cargo de la banda sonora de DOOM: The Dark Ages, sino que es el equipo de Finishing Move. Es cierto que en cierto modo se mantiene la esencia de la música, aunque sí que no encontramos tantos temas frenéticos y con esa sonoridad «tan metalizada».

Conclusiones de DOOM: The Dark Ages

DOOM: The Dark Ages es un juego que cumple con las expectativas de los jugadores (al menos con las nuestras, así ha sido) de disfrutar de un FPS clásico completamente renovado, con mecánicas nunca vistas en la saga y que apuesta por un mayor protagonismo del combate cuerpo a cuerpo que de los disparos.

El título sigue siendo divertido y desafiante (sobre todo en sus máximas dificultades), aunque cuenta con muchas ayudas para aquellos jugadores que así lo deseen.

¿Es mejor o peor que Doom Eternal? En nuestra opinión son bastante difíciles de comparar, pues tienen mecánicas muy distintas entre sí. Sin embargo, sí que debemos confesar que nos ha parecido algo más «tranquilo» si es que se puede emplear ese término en un Doom, con respecto a su antecesor.

Sea como sea, el juego cumple y nos lo hemos pasado como auténticos enanos disfrutando de él.

DOOM: The Dark Ages

8.3

Narrativa

7.5/10

Jugabilidad

9.0/10

Apartado artístico

8.5/10
Publicado en Análisis

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