Son muchos los años que tiene From Software a sus espaldas trasteando con el RPG y la fantasía medieval, todo nos lleva ahora hasta Elden Ring, su última obra. Vamos a analizar este título que tanto ha dado de que hablar en las últimas semanas y el pasado año. Tras 100 horas en Elden Ring, os podremos transmitir nuestro veredicto final.
Recordad que podéis disfrutar ya de Elden Ring en PC, PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X|S. Para este análisis nosotros hemos jugado la versión de PC (Steam).
El culmen de la fórmula Souls
Las primeras aportaciones roleras de From Software empezaron hace muchos años con King’s Field, pero no nos remontaremos tan lejos esta vez para hablar de la fórmula que hace brillar a Elden Ring. En febrero de 2009 salió Demon’s Souls y supuso la primera piedra para crear un nicho que muchos jugadores empezarían a diferenciar por su característico estilo y dificultad. Tras la trilogía Dark Souls, los cazadores de Bloodborne y el popular shinobi en Sekiro, es la hora de alzarse Sinluz, bienvenidos a las Tierras Intermedias.
Llega el momento de escoger una clase y lanzarse a la aventura de lo desconocido, que tanto para veteranos cómo para novatos habrá sorpresas siempre. Sin embargo, la mayor novedad para aquellos que conozcan el estilo de Hidetaka Miyazaki se encuentra en la libertad y la capacidad de afrontar un mundo abierto de la forma que más nos guste. Esto incluye el sigilo, visto antes en Sekiro, pero esta vez llevado mucho más allá. Tendremos la capacidad de saltar, y con ello, maniobrar para más ataques, no sólo ligeros o pesados, también desde el propio salto. Algo similar ocurrirá con nuestra montura Tormenterra, no sólo podemos atacar por cada lado mientras estamos en su lomo, además tendremos la opción de esprintar y hacer un doble salto. Sólo con estas nuevas bases podremos explorar absolutamente todo el mapa. Y bien se encargará el juego de recordarnos que podemos exprimir al máximo cada apartado para no perdernos nada.
El mundo de las Tierras Intermedias es realmente hostil, esto no es una sorpresa para nadie. Pero cuando en un juego no paras de repetir la frase: «No me lo puedo creer» por el asombro tras descubrir que tras cada reto te espera uno aún mayor, que te van a seguir sorprendiendo sin parar, solo hay hueco a la emoción. Apenas estás empezando y sabes como moverte por la zona, donde resguardarte del peligro y sobre todo a qué enemigos no acercarte. Como pasa en todos los souls esto lo descubrimos a golpes, allá donde lo enemigos sean más accesibles, ese será el camino. Y teniendo en cuenta la escala de Elden Ring, todas las armas, niveles y progreso resulta espectacular que en ningún momento te sientas mal por no avanzar. Porque tras descubrir un camino se abrirán otros dos. Tras matar un jefe puede haber otro más adelante, o quizá encuentras una sorpresa. Te premiarán mucho por explorar y descubrir, y lo que es más importante, esto se siente gratificante.
La catacumbas, cuevas y tumbas son un despliegue de originalidad y toda una referencia. Recuerdan a los mejores diseños de Elder Scrolls y The Legend of Zelda, pero con el estilo enrevesado y lleno de trampas tan único de From Software. La sensación es muy similar a la hora de descubrir en esas sagas nombradas. Esbozarás una pequeña sonrisa al averiguar el camino, te sentirás de verdad el primer explorador en descubrir algo increíble. Aunque salgas de ahí con algún objeto nuevo y un par de runas más y no suponga tanto avance, sabes bien la satisfacción que ha supuesto para ti.
Hay cientos de jefes que derrotar, y muchos serán sólo una parte de tu aprendizaje para acabar con los jefes mayores. Aquellos llamados semidioses, portadores de las Grandes Runas. Pronto te darás cuenta de la escala y la importancia de tu aventura. Ya no será sólo fijar enemigos, hacer parrys y avanzar con cuidado a la siguiente hoguera. Rodar y golpear con cuidado está muy bien, pero tienes la opción innovar en cada combate, y aprovechar el poder sagrado, mágico o simplemente probar distintas armas o invocaciones. Incluso cuando hablamos de habilidades resulta abrumador pensar en todo lo que quiere ofrecernos Elden Ring. Definitivamente es uno de los juegos más grandes creados hasta la fecha, es el potencial desatado de Miyazaki, sus mayores sueños plasmados. Elden Ring es una historia de dioses, reyes y príncipes. No es sólo la historia de un Sinluz, es la epopeya de cientos de aventureros. Las Tierras Intermedias ahora buscan una cálida redención, y tú, eres sólo una pequeña parte de un todo.
Nuestro camino empezará en Necrolimbo, una zona realmente grande, con variedad de enemigos, NPCs y objetos de utilidad para aprender cómo funciona todo. La interfaz no ha recibido mucha innovación, de hecho el estilo de los viales es el de los estus de Dark Souls. Será fácil hacerse al menú y funcionalidades generales por ello. Contamos con viales de vida (PS) y otros de maná (PC), y serán personalizables la cantidad que llevaremos de cada uno. De igual manera podremos llevar distintas armas en cada mano, al igual que talismanes. Digamos nuevamente que las bases son las mismas de los clásicos Souls.
Lamentablemente tampoco se ha buscado innovar en ciertos enemigos. Llevamos años viendo a los mismos perros y ratas, por poner un ejemplo. Y en cierto punto se abusa de mini-jefes para después convertirlos en enemigos habituales. Una forma muy natural y bastante usada para crear progreso en ciertos RPGs. Pero no vamos a engañaros, si esto os resulta repetitivo o aburrido probablemente ya llevéis muchísimas horas. Las suficientes como para daros cuenta de que estáis completamente enganchados a la pantalla. Os quedaréis absortos ante la belleza y detalle de cada zona y cada secreto. Si todo lo visto en la saga tiene paredes invisibles, cofres trampa y referencias a descubrir, imaginaros adaptar esto a un mundo abierto.
Un título al nivel de la nueva generación
La jugabilidad y la adaptación de cientos de capas y mecánicas funcionan como un completo engranaje al unísono. Todo esto suma gracias al mundo y estilo artístico con el que nos representan todas y cada una de las ruinas, castillos e incluso vegetación. Más pronto que tarde sabremos qué es lo que ocurrió en cada pequeño hueco de esta inmensa tierra. Teniendo en cuenta que los NPCs nos cuentan poco, igual que los narradores y los jefes. Nosotros mismos nos daremos cuenta de los sucesos acontecidos por la Reina Márika, sus hijos y el Círculo de Elden. La aportación de George R. R. Martin ha sido toda una influencia en la obra de Miyazaki, aunque al parecer sólo se haya encargado de apoyar el proyecto, y obviamente ayudar en la creación de su mundo.
El único problema a destacar es la optimizacion de salida para las versiones de PC y algunas consolas. Sin embargo, esto no dificultará mucho nuestra partida, siempre y cuando nuestro ordenador cumpla los requisitos recomendados para jugar. Gracias a algunos parches esto se encuentra mucho más estabilizado ahora, pero de igual manera la industria se está acostumbrando a una mala práctica. Confiar en los parches de día uno o de la semana de lanzamiento no deberían de ser la solución.
Con todo esto lo único que nos queda por destacar es su épica banda sonora. La cuál sale a relucir ante muchos jefazos, combinando un estilo clásico y fantástico, a veces junto a lo religioso. De igual forma, hay un sentimiento similar a Skyrim, de estar parado, tranquilo, y sentir que la música a nuestro alrededor, igual que el mundo, no sé para. Es una música de ambiente, armoniosa, pero siempre lista para saltar en caso de acción.
En definitiva, Elden Ring es una lección de cómo hacer un mundo abierto, cómo crear un desafío gratificante pero no injusto. Un absoluto despliegue técnico en todos los aspectos, y gracias a todo ese mimo y detalle será recordado durante años. Elder Scrolls, The Witcher, Breath of the Wild y ahora, Elden Ring, se suma a la lista de obras maestras que han demostrado cómo hacer una narrativa acorde a un gran mundo abierto avivando siempre las ansias de la exploración y el descubrimiento.