Fluffy Sailors es un action-roguelite desarrollado por Skaldery Games que verá la luz en marzo de 2025. Se trata de un videojuego muy entretenido en el que encarnas a un héroe ratón. Tienes que cumplir la misión de la Reina Ratón luchando en batallas navales contra otras especies de animales hasta llegar a la Isla de los Caimanes, el último nivel.
A nivel gráfico, tiene un estilo interesante. Los diseños de los barcos son preciosos, cada uno se relaciona con el lore de cada especie animal a la que nos enfrentamos y en el que me hubiese gustado profundizar mucho más. En general toda la ambientación está muy bien diseñada con un estilo 3D muy redondeado. Aunque la UI inferior no resulta especialmente estética, los controles están visibles en todo momento. Esto puede ayudar al jugador en caso de confusión. Además, para reflejar la vida del barco, se puede ver que se va desgastando poco a poco y también deja muy claro cuál es el límite del mapa con una espesa niebla.


El apartado musical es bastante escueto pero efectivo. No hay muchas canciones, pero sí lo suficientemente diferenciadas entre sí como para saber en qué situación se encuentra el jugador. Es decir, si su contexto es de calma o de enfrentamiento.
La historia tiene muchos puntos interesantes. En primer lugar, el ratón es un héroe que la reina ha elegido para rescatar al Chef Real de los Ratones, a quien los caimanes han secuestrado. Como en cualquier roguelite, el ratón aparece siempre en el castillo de la reina cuando el jugador pierde la partida, y tiene una conversación sobre la aventura. Estas conversaciones dan cierta información sobre la historia del reino y de los otros pueblos del mundo. También indican algunas mecánicas distintas, como sucede con las estatuas de gatitos al llegar al final del primer nivel. Además, según la especie del barco que te haya matado, la Reina dirá una u otra cosa.
No obstante, la traducción tiene ciertos errores de coherencia que invitan a pensar que no ha habido un equipo de localización detrás. Sin embargo, el juego apenas tiene diálogos y este dato no afecta al desarrollo y el disfrute del mismo. El único interés de la reina es recuperar a su chef. Por otro lado, da una explicación narrativa al hecho de que el protagonista vuelva cada vez que el jugador pierde la partida: es el único ratón que sabe nadar.
Respecto a las mecánicas, el barco se mueve bastante bien y el gamefeel genera la sensación de estar realmente manejando un barco. Hay una posibilidad de hacer un dash al que luego el jugador puede añadirle daño, convirtiéndolo en un placaje. Al ser un roguelite, se pueden mejorar los barcos y conseguir otros para añadir a la flota. Además, cada vez que el jugador pierda la partida, tendrá la posibilidad de hacerse más fuerte. A lo largo de las fases se van añadiendo nuevos barcos tematizados según los animales que conformen su tripulación, cada uno con una mecánica y estilo de combate que, además, pueden ser reclutados para usarlos en el siguiente nivel. No obstante, es un juego algo corto que se puede completar en una tarde, aunque cuya duración está bastante bien.


Como recomendación personal, la build de mejorar la velocidad, el ataque, y disminuir el tiempo de recarga de los dashes te hace sentir en la Perla Negra o el Thousand Sunny. Sin embargo, hay que tener algo de cuidado porque estos placajes a veces fallan. No sabemos si es una decisión tomada por los diseñadores de añadir RNG al placaje, por ser tan fuerte, pero a veces resulta frustrante.
Eso sí, al completar el juego puede verse que no hay postgame, por lo que si se quiere seguir jugando habrá que empezar una nueva partida.
Como en cualquier roguelite, la curva de dificultad es algo elevada, pero se va bajando cada vez gracias a las mejoras de habilidades que puedes desbloquear en el castillo. Por otro lado, donde hay un balance algo extraño es en la tienda que aparece aleatoriamente durante la aventura. O es muy cara al principio del juego, o es muy barata al final. Sólo durante la penúltima partida me fue posible comprar objetos.
Ciertamente, Fluffy Sailors es un juego que me ha sorprendido. Es divertido, ameno y visualmente bonito. Los diseños de los barcos son preciosos y sus mecánicas funcionan bien por lo general. Tiene sus picos de dificultad (personalmente, cuando aparecen los rayos se me complicó bastante) e incluso cuenta con un plot twist final que cierra a la perfección el aspecto narrativo del juego. Es un juego que, sin duda, recomendaría a quienes quieren pasar un buen rato surcando los mares mientras lanzas ratoncitos peludos a sus enemigos. Un roguelite muy accesible que puede ser una buena puerta de entrada al género.
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