A finales de marzo de este mismo año, la compañía alemana Grimbart Tales mostró al mundo su primera entrega: ITORAH. Ahora, apenas dos meses después de su lanzamiento y tras varias horas sumergidos en el mundo de Nahucan, os traemos su análisis. Acompañadnos en este viaje a través de la maleza mesoamericana y descubrid con nosotros el vasto mundo que nos rodea. De nuevo, ¡libre de spoilers!
Nahucan, la tierra hecha a mano
Lo primero que pensé al ejecutar el juego fue que ojalá éste se viese tan bien como aparentaba en las imágenes. Y deseé bien. ITORAH es de esos juegos con los que te quedas pegado a la pantalla únicamente por seguir viendo todo ese derroche de color, de viveza, de energía.
A este juego se le ve vida por cada lugar, y es precisamente eso lo que nos incita a seguir adelante. Solo por descubrir qué nuevos escenarios y enemigos nos esperan, es inevitable sentir pinchazos de emoción en el estómago. Y lo más importante de todo: cada lugar, cada detalle, está hecho a mano. Así, como lo leéis. Todo lo que se ve en el juego está creado a mano por el equipo de artistas de Grimbart Tales.
Y aunque no lo parezca, estos escenarios permiten hablar muchísimo sobre la narrativa de ITORAH. No en vano nos encontraremos, de vez en cuando, con algunos detalles que nos dejarán pistas sobre qué ocurrió en el pasado. Esto nos proporcionará información y permitirá que atemos algunos cabos si nos paramos a pensar detenidamente sobre lo que estamos presenciando.
Pero, ¿cuál es esa historia que tanto ansiamos conocer? ¡Vamos a ver desde dónde parte ITORAH en este análisis!
La historia: un cóctel de aventuras con ciertos puntos de nostalgia
Uno de los puntos más fuertes de ITORAH es, sin lugar a dudas, la narrativa. Nos despertamos en un bosque y, tras el pequeño tutorial, ya tenemos una misión muy importante: escapar. Escapar de algo que no sabemos exactamente qué es, pero que es nocivo para nosotros. Así, pisando fuerte, es como ITORAH mantiene nuestra atención durante las siguientes horas de juego.
Poco a poco iremos descubriendo que somos la última persona que queda en la tierra, pero no tardaremos en encontrar algunos seres dispuestos a ayudarnos en nuestra aventura. Este es el caso de una vieja hacha. Y lo de vieja es literal… O, tal vez, deberíamos decir «viejo«. Sí, mucho mejor. Si jugáis ya descubriréis el por qué de este apelativo.
Personajes misteriosos, lugares increíbles y mecánicas que, aunque no sean del todo novedosas, son idóneas para este metroidvania que no permitirá que nos levantemos del asiento en varias horas. Descubrir la tierra de Nahucan es, además de nuestra misión, una obligación. Como mencioné arriba, todo está relacionado en este juego. Los escenarios son capaces de narrar por sí solos la historia de la tierra sobre la que posamos nuestros pies, y merece la pena estudiar cada detalle a fondo.
Y no solo eso. Si sois de esos jugadores a quienes la narrativa no les importa tanto, ITORAH también tiene para vosotros. La entrega está plagada de decenas de referencias al mundo de los videojuegos (podemos ver a un NPC pescando una de las primeras GameBoy que salieron al mercado hace ya casi tres décadas o un personaje MUY similar a Vivi, de Final Fantasy). Toda la entrega en sí no deja de referenciar a los ya clásicos años noventa que nos acompañaron a muchos de nosotros en nuestro periplo descubriendo los videojuegos.
Pero no todo iba a ser perfecto: hablemos de la jugabilidad de ITORAH.
ITORAH, mil veces mejor con mando
Es aquí donde más fallos hemos encontrado, y es que esta entrega tiene tantísimos controles que es literalmente imposible adaptarlo a un teclado y a un ratón. Por este mismo motivo, nuestro consejo para quienes queráis jugarlo es que os hagáis con un mando antes de emprender vuestra aventura.
Los controles, además, no están configurados en un orden natural al que podemos estar acostumbrados (como el ya clásico WASD), sino que poseen un orden bastante aleatorio, y pretender terminar una aventura así armados únicamente con un teclado… Es difícil, cuanto menos. Cierto es que existe un menú para cambiar los controles, pero es muy complicado hacer que éstos no se pisen entre sí, como pasa con la configuración inicial.
Y eso no es todo. Desgraciadamente, otro de los puntos en contra es la falta de fluidez en los movimientos de la protagonista. No llega a ser algo que impida nuestro avance en el juego, pero sí que puede resultar siendo estresante de vez en cuando, sobre todo a la hora de ejecutar ataques o un combo de acciones, como saltar y atacar a la vez.
Este juego te dejará muy buen sabor de boca si has jugado a…
Si has sufrido con Hollow Knight, has enloquecido con Final Fantasy y has crecido con los clásicos juegos de Game Boy… Estás ante una entrega que te enamorará, que te estresará y que no te permitirá levantar el trasero del asiento. Estás ante ITORAH.
ITORAH
Pros
- La dirección artística es increíblemente buena, en todos sus aspectos
- La música ha sabido conjugar todos los elementos nostálgicos de los juegos de GB y posee una personalidad propia
- Pese a ser un juego en 2.5D, los planos, tal y como están conformados, causan una buena sensación de inmersión en el mundo de ITORAH
Contras
- La jugabilidad podría haber sido mejor, imprescindible el uso de mando