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Análisis Lost Records: Bloom & Rage – Aquel verano…

Lost Records: Bloom & Rage ha terminado su primera parte con un golpe de lágrimas y algo de culpabilidad. Pero no podemos empezar por ahí, rebobinemos.

¿Te acuerdas de ese verano? Sí, ese en el que hiciste más amigos que nunca en el pueblo de tus abuelos. Aquel en el que el campamento fue maravilloso. Ese en el que disfrutaste con tu gremio en el MMO de turno y compartías las noches entre risas y golpes de teclado y ratón. Conversaciones hasta las tantas, una feria, churros al amanecer, acampadas… Amigos. Amigos que, a lo mejor, ya no están en tu vida.

Lost Records nos lleva al verano de 1995

Don’t Nod, con Lost Records, nos trae exactamente eso. Encarnaremos a Swann, una chica tímida y algo ensimismada, para vivir su último verano, el de 1995, en Velvet Cove. Ella va a mudarse a Canadá y decide hacer una especie de documental sobre el sitio en el que vivía. Así, sin tenerlo previsto, conoce a Nora, Autumn y Kat, tres chicas que la defenderán de un matón y se convertirán en sus mejores amigas. Juntas pasarán un verano inolvidable y fundarán su grupo de música punk: Bloom & Rage.

En Lost Records podríamos incluso tener una relación con una de estas amigas

Un apartado artístico y sonoro excelente

Respecto a los gráficos, salta a la vista que tiene un apartado artístico increíble. En primer lugar, se verá cada rincón de los escenarios por los que caminemos desde dos perspectivas y, por tanto, con dos filtros: el punto de vista normal y aquel en el que Swann enciende la cámara y busca cosas que grabar, con su granulado y su objetivo. También es muy interesante el trabajo que tiene la atmósfera, haciéndote sentir en los 90 con absoluta facilidad. Si hay algo que quisiera destacar del apartado artístico de Lost Records, serían dos cosas:

En primer lugar, la iluminación. Ya en los primeros compases del juego puede verse a Swann sentándose en el escritorio, la luz del flexo bañando su estuche, sus muñecos, y el polvo arremolinándose en un baile alrededor de la luz. Y no será la única vez.

Por otro lado, las protagonistas, de quienes no hablaré especialmente para que las descubras por tu cuenta. De su personalidad no diré mucho, salvo que son personajes muy verosímiles, muy bien construidos. Pero sí hablaré un poco más de su aspecto físico: son cuatro adolescentes, imperfectas, con acné, cada una con su peso, su cuerpo, su voz y sus tonterías de adolescente. Respecto al acné, en otros videojuegos puede verse reflejado de forma que, por lo general, busca dar asco. Sin embargo, en Lost Records está representado como algo normal, cotidiano.

La música, aunque puede verse algo de la influencia de Stranger Things en los efectos de sonido hechos con sintetizador o en parte de la estética, está llena de temas punk como elemento diferenciador. Aquí dejo una muestra de la canción más importante del videojuego.

Las elecciones de Don’t Nod de toda la vida y alguna sorpresa más

Don’t Nod no arriesga con este nuevo título a nivel de mecánicas: es una aventura narrativa donde las elecciones del jugador importan. Ni arriesga con los gráficos, que se sienten una mejora de los Life is Strange. Sin embargo lo pule todo. Pule los gráficos, como ya hemos dicho antes, y pule los efectos de las decisiones cuyas costuras antes eran más fáciles de entrever. Solo en una ocasión he encontrado un grupo de decisiones cuya elección llevara al mismo sitio. En Lost Records: Bloom & Rage puede verse cómo en repetidas ocasiones el espacio se ve alterado mediante las elecciones que tomaremos como Swann, tanto desde el futuro como desde el pasado.

Una mecánica muy interesante es la de la cámara. Swann está grabando sus últimos días en Velvet Cove, y por ello el jugador debe filmar detalles interesantes como graffitis, animales, partes del escenario o… a sus amigas. Hará un pequeño documental especial de cada una de ellas, haciéndoles preguntas y teniendo en cuenta su personalidad. Por ejemplo, Kat es más reservada con respecto a su familia, por lo que es recomendable que no le preguntes acerca de ella.

Esta foto puede hacerse con diferentes posturas, según la amistad que el jugador tenga con las chicas.

Además, hay un menú de edición de video en el que puedes ordenar las escenas que has grabado para montar un pequeño cortometraje sobre uno de los temas, como pueden ser los animalillos, donde se verá algo más de diálogo.

Estos videos, estas decisiones, son importantes a nivel de gameplay, pues se verán reflejados en la relación que el jugador tendrá con cada una de las chicas. Sin embargo, sobre todo son importantes para la narrativa.

Una historia llena de fuerza y ansias de libertad

Para empezar, uno de los puntos más interesantes es que esta historia se cuenta desde el futuro, veintisiete años después. Swann ha recibido un mensaje de Autumn, que ha convocado a todas a pesar de que ahora están alejadas las unas de las otras.

Cuando se ven, Swann y Autumn comienzan a hablar sobre aquel verano mientras esperan a las demás, por lo que podremos ver una historia con la intervención de dos narradoras a las que se irán sumando el resto de chicas, opinando sobre lo que ocurrió, qué pensaban y cómo se sienten respecto a los hechos acontecidos en 1995.

Resultan muy interesantes los puntos de giro que se dan en Lost Records, llevándonos de una historia cotidiana e intimista al terror a… bueno, eso será mejor que no lo diga. Sí que puedo decir que rompe con las expectativas del jugador constantemente, haciendo que no se pierda el ritmo de juego.

Hay dos últimas cosas de las que me gustaría hablar antes de terminar:

En primer lugar, creo que es muy interesante cómo cuatro chicas adolescentes de los 90 se empoderan mediante dos elementos: la música y la magia. Estos elementos, además, están muy relacionados entre sí. Cada una pone todos sus esfuerzos y deseos en ambas para florecer, no sin furia hacia todo aquello que intenta invalidarlas. De ahí el nombre de su grupo. Son muy conscientes y sus canciones serán maldiciones lanzadas hacia aquellos que intentan hacerles daño.

Por otro lado está el hecho de que son unas adolescentes. Es muy bonito ver cómo magnifican cada hecho dándoles una perspectiva que roza con el realismo mágico, pero también nos hace pensar, sobre todo al final, cómo hemos hablado de blancos y negros, como lo hacíamos con su edad, cuando la vida suele tener, sobre todo, grises.

Creo que, precisamente, aquí reside la magia de Lost Records: Bloom & Rage: nos hace viajar en el tiempo del mismo modo en que viajan (mediante recuerdos), Swann, Autumn y el resto. También hemos estado allí, en una base secreta tras unos árboles, o en una casa abandonada. Hemos tenido unos amigos que ya no están y a veces soñamos con volver a hablarles y saber qué tal les va.

Pero de algún modo, sin pronunciarlo, sin pensarlo, hicimos la promesa de no volver a vernos tras lo que ocurrió aquel verano.

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9.3

Narrativa

9.5/10

Apartado artístico

9.0/10

Jugabilidad

9.0/10

Música

9.5/10
Publicado en Análisis

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