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Análisis Mika and the Witch’s Mountain: la aventura española más mágica

mika witch's mountain

Hoy no es un día cualquiera. Hoy nace, de manera definitiva, Mika and the Witch’s Mountain. Tras un triunfo magistral en su campaña de Kickstarter, recaudando casi un millón y medio de euros invertidos íntegramente en su desarrollo, el juego español llega a Steam y Nintendo Switch de manera simultánea. Os dejamos con el análisis mientras desempolvamos nuestra escoba voladora, ¡nos vamos a perseguir nuestro camino para ser una bruja!

Nadie dijo que fuese a ser fácil

Pues vaya chasco. Ya no nos quedaba nada para convertirnos en bruja, pero al ir a reunirnos con Olagari, la que habría sido nuestra maestra, nos ha tirado por el precipicio de la montaña donde vive, retándonos a volver a subir…

…pero con la escoba rota no vamos a llegar a ningún lado. Afortunadamente, hemos caído en un pueblo costero de lo más variopinto, donde parece haber de todo. Seguro que alguien consigue arreglárnosla, ahora mismo no cumpliría ni su misión más mundana (sí, lo habéis adivinado: barrer. A fin de cuentas, es una escoba.).

No tardaremos en toparnos con el personaje clave en estas primeras horas de aventura: Allegra, una mujer muy simpática y muy hábil con las herramientas. Aunque no será tan fácil: todo en esta vida tiene un coste, y nosotras hemos venido a esta montaña sin un duro, así que nos toca trabajar.

Ya, bueno, vale. Puede que no superemos los diez años, pero hay que espabilar, y un trabajo pequeño y temporal no parece tan mala idea, máxime si lo que buscamos es cumplir el sueño de nuestra vida. No tardaremos en encontrar trabajo (la ficción en su máximo esplendor), dado que el pueblo acaba de quedarse sin repartidora de correos.

Poco a poco, iremos descubriendo todos los secretos que esta isla nos trató de ocultar desde un principio: desde corrientes de aire que nos empujarán a lo más alto e inalcanzable y que nos ayudarán a conocer el más recóndito punto de la isla, hasta secretos de corrupción de servicios públicos. Mika and the Witch’s Mountain es una de las sorpresas españolas del año, y si aún con sus premisas no ha logrado convenceros del todo (que lo dudo), dejad que hablemos del resto de apartados, porque ellos sí que lo harán.

El que no corre, vuela… o planea

Y es que uno de los puntos que más a favor juega del título español es, sin duda, la fluidez con la que funciona. Muy pocas veces hemos encontrado juegos que permitan mover la cámara y al personaje, tanto caminando como volando, con tanta suavidad. Da gusto recorrer la isla de un lado a otro volando en escoba, no hay ningún momento en el que el juego dé tirones de rendimiento, ni mucho menos observaremos fallos en las texturas.

Mika and the Witch’s Mountain es, sencillamente, ideal en su apartado técnico. Si bien es cierto que en algún momento de nuestra aventura hemos sufrido crasheos, también hemos de recalcar que ha sido en momentos muy puntuales y que en cuanto reiniciamos el juego, nos damos cuenta de que nuestra experiencia no ha quedado solapada por este error. Y siempre querremos más, siempre querremos dedicarle diez minutos más, que se convertirán en veinte, treinta… Y así hasta dejarnos absortos observando a Mika volar más y más alto.

No podemos dejar de lado, por supuesto, el magnífico apartado visual. La belleza que desprende el título, que sigue bastante la línea de juegos de Chibig, como Summer in Mara, es palpable desde el primer momento. Comenzaremos viendo una animación en 2D con una paleta de colores muy bien escogidos, y tras ella, una explosión de color recorrerá todo el juego.

Lleno de tonalidades saturadas, con unos entornos tan increíblemente cuidados que no querremos dejar de observarlos en ningún momento. Incluso Mika, el personaje principal, se ha creado en base a unos colores que embelesarán a nuestros ojos. Todo este cóctel se conjuga en una experiencia visual muy amigable, y junto a la fluidez técnica del juego, estamos convencidos de que Mika and the Witchs Mountain se quedará en un trocito de vuestro corazón.

La narrativa, el punto más adulto

Como no podía ser de otra forma, los desarrolladores han sabido ahondar con mucha inteligencia en su narrativa. Puede que, en un principio, el título pueda parecernos infantil porque, sencillamente, también abarca a este público. Y no tiene nada de malo: se pueden disfrutar de los videojuegos con target menor al que nosotros correspondemos y no pasa nada. Pero es que Chibig no se ha centrado únicamente en esta audiencia.

La narrativa de Mika and the Witch’s Mountain es mucho, mucho más adulta de lo que se podría imaginar en un principio. Y esto se ve, fundamentalmente, en los diálogos entre Mika y los personajes secundarios, aunque también hay escenas que demuestran la madurez de la historia que estamos presenciando.

Desde críticas al sistema hasta narrativas LGTB+ friendly, Chibig demuestra una gran profesionalidad en lo que a construcción de mundo y de personajes refiere. Ya hemos perdido la cuenta de la cantidad de diálogos tan perfectamente descriptivos de la vida real que podríamos encontrar. El jefe tirano, que a su vez obedece a otro jefe aún más tirano, la familia de origen humilde cuya matriarca anhela una vida mejor para su hijo… sin darse cuenta de que su hijo ya posee todo lo que desea.

En Mika and the Witch’s Mountain no existe ni un solo diálogo con el que no podamos empatizar. Este aspecto es el más llamativo a la hora de seguir con la historia. Porque sí, la fluidez y los colores podrán ser muy llamativos, pero no hay nada más atrayente que los sentimientos que evocan las experiencias que relatan los personajes y con las que es posible empatizar, seas quien seas.

La música, toda una delicia

Por supuesto, no podíamos pasar por alto el aspecto sonoro del título. En Mika and the Witch’s Mountain existe bastante variedad musical y sonora, pero está colocada en momentos tan determinantes del gameplay que siempre evoca distintas sensaciones.

¿Qué sería de una buena historia sin una buena música? Estamos convencidos de que en Chibig se hicieron esa misma pregunta y por ese mismo motivo decidieron culminar la obra con piezas tan calmadas como aventureras. Tan atronadoras como emotivas. Cada pieza es única, convirtiendo a Mika en un título único a su vez.

Desde The Art of Gaming, trasladamos nuestra enhorabuena al estudio y os invitamos a vivir la aventura de Mika y su carrera como bruja en esta historia donde el esfuerzo siempre se verá recompensado. Este análisis ha sido posible gracias a una key para Steam proporcionada por parte del estudio. Desde aquí, nuestro más profundo agradecimiento.

Mika and the Witch's Mountain: Un título ágil, fluido y con una personalidad que dejará atónito a más de un jugador. Sin apenas fallos de rendimiento y con todos sus apartados muy pulidos, el título es una apuesta segura para los más aventureros. Ariana Aguado

9
von 10
2024-08-21T12:00:00+0200
Publicado en Análisis, Indie

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