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Análisis Morkull Ragast’s Rage: Escaparse de un videojuego con falta de cocción

El género metroidvania ha sido uno de los más explorados durante los últimos años en el mundo de los videojuegos. Esto nos ha permitido lograr experimentar grandes entregas que, queramos o no, han dejado una gran marca en el género. Disaster Games, nos trae junto a Selecta Play, su propia propuesta: Morkull Ragast’s Rage. Se trata del primer proyecto del estudio español, prometiéndonos en él grandes dosis de humor.

Lo cierto es que tal y como pudimos vivir previamente en su demo, nos gustaba mucho esa intención de hacer de Morkull un «Metroidvania de comedia», aunque realmente viendo su versión final, no nos ha llegado a casar demasiado esa idea con el título final.

Antes de pasar a nuestro análisis, os dejamos con su tráiler:

Un inicio que decae

Al principio de nuestra aventura, veremos una gran premisa: Morkull es consciente de ser un villano y, como tal, quiere escaparse de su propio videojuego para sembrar el caos por todas partes. Él afirma que los desarrolladores del título le han dejado esposado precisamente para evitar que llegue al mundo real y… ¡Aquí comienza todo!

Lo cierto es que la premisa es muy entretenida, con momentos incluso en el que se dirige a nosotros como jugadores, señalándonos y rompiendo un poco esa cuarta pared. Sin embargo, hemos de deciros que todo termina aquí. A lo largo de la historia, ya apenas existirán diálogos y no volveremos a tener interacciones tan detalladas como tuvimos en un principio. Si a esto le sumamos que el juego apenas dura entre 2 y 4 horas (dependiendo de cómo de rápido lo juguemos), se nos hace demasiado poca historia para lo muy bien que nos lo pintaron desde un inicio.

Siéndoos muy sinceros, esperábamos que como Morkull era consciente de todo y parecía ser un «fallo» o «hacker» en su propio videojuego, fuese capaz de poder hacer alguna trampa, hacerse transportes o incluso tener interacciones especiales con los enemigos pero… ¡Nada más lejos de la realidad! Al final termina siendo lo que no esperábamos: un metroidvania con poco trasfondo.

Morkull, no todo puede escudarse en «los bugs«

Durante los primeros compases de Morkull, veremos una serie de interacciones raras con el entorno. De estas se reirá nuestro protagonista, quejándose de los desarrolladores y diciendo que se debería de pulir más. Honestamente, no podíamos estar más de acuerdo, pues el juego se siente muy tosco a la hora de poder disfrutarlo.

Todas las acciones tienen un retardo muy extraño, haciendo sentir al jugador que nada llega cuando se lo propone. Además, el feedback de cada ataque es también raro, pues pese a «parpadear» el enemigo, no vemos realmente la efectividad de nuestros ataques (al menos hasta desbloquear cierta habilidad que nos permite ver la vida de los rivales).

Algunas de las habilidades que podemos adquirir, hemos de decir que son toscas. Es más, que el personaje sólo tenga una animación de ataque (a no ser que adquiramos más), cuando tener varias sería algo normal en cualquier título por el simple hecho de lograr algo de dinamismo en el combate… Se siente algo cutre.

Los saltos también son muy bizarros, en ciertos momentos parece que no hay gravedad, en otras parece muy lento y, por lo general, sentimos que le falta trabajo a todo el movimiento del personaje.

Un interesante mundo pero…

Mal llevado a nuestro parecer. La repetición de enemigos es demasiado constante (apenas contando con dos-tres tipos por zona y muy tediosos). La sensación de no estar avanzando, mientras que matas el mismo tipo de enemigo una y otra vez es algo frustrante (ni que estuviésemos matando jabalíes en World of Warcraft). Los entornos la verdad no están nada mal, pero sí que si hubiese algo de recompensa por explorar, quizás habrían sido claves.

Por otro lado, el sonido y la música es precisamente en lo que no hemos encontrado demasiada queja. Pese a no contar con «pistas reconocibles» o que resuenen en la cabeza del jugador al haber acabado su aventura con Morkull, sí que creemos que cumplen su función, aunque no de una forma destacable.

Conclusiones de Morkull

No os voy a engañar, me da pena tener que hablar mal de un título indie que llevaba tanto tiempo esperando. Tras probarlo en su versión demo, entendí el retraso que sufrió hace unos meses como una forma de mejorar el producto final y terminar de pulir el juego como necesitara. Sin embargo, Morkull Ragast’s Rage no ha terminado de despegar.

Es difícil destacar precisamente en un género como el metroidvania, pero si no aportas nada nuevo y lo que haces carece de profundidad… Es una auténtica pena.

Por otro lado, comprendo que se trata del primer juego del estudio y tampoco lo veo como un mal intento, por lo que sí que esperaré para poder disfrutar de su siguiente título y poder así comprobar su mejoría.

Morkull Ragast's Rage

4.3

Historia

5.0/10

Jugabilidad

3.0/10

Apartado gráfico

5.0/10
Publicado en Análisis, Indie

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