Hace semanas no pensaba que iba a estar jugando Ninja Gaiden 2 Black, un remake (técnicamente remaster) que nos trae de vuelta la aventura de hace más de 15 años junto a Ryu Hayabusa y otros personajes de armas tomar. Ni lo esperaba, ni sabía que lo necesitara tanto, sobre todo porque mi conexión con esta saga es no es muy grande, pero he sentido mucho más que una vuelta a los mejores juegos de acción de hace varias generaciones, algo que la industria también necesita, un soplo de aire fresco.
Hablamos de ninjas, pero con magias y gusto por las armas de fuego; podemos hablar de dificultad, pero no es un souls. Estamos ante uno de los Ninja Gaiden más brutales y cañeros que podemos encontrar, y preparar una mejor versión de esta entrega es un acierto, pues es la más querida por los fans. Vamos a ver en este análisis todo lo que podemos destacar, que no es poco.
Desmembrando que es gerundio
Empezaremos por las bases y es que hasta día de hoy Ninja Gaiden 2 ha recibido varias adaptaciones entre remasterizaciones y colecciones de varios juegos de la misma saga, sin embargo, Ninja Gaiden 2 Black es ahora mismo la última versión de este título y la más pulida con mucha diferencia. Todo juego de inicio nos entrará por los ojos y este no será menos pues el cambio es realmente brillante, algo que agradecerán todos los fans.
Visualmente vemos una actualización total, con iluminación, sombras y texturas escaladas a las resoluciones más actuales, prestando atención a los detalles y mejorando bastante muchos de los escenarios de los distintos capítulos. Todo esto gracias al Unreal Engine 5, aunque no agradecería tan rápido, pues se podría haber optimizado algo más sobre todo cuando ves el peso del juego y el mínimo trabajo de compresión detrás del mismo, algo que empieza a ser común entre los desarrolladores que pasan por ese motor de juego, y en este caso Koei Tecmo tampoco se salva.
Lo que más gana con esta actualización es el combate y los personajes, al final, el núcleo de este juego. Los movimientos, ataques y sobre todo las ejecuciones con increíbles desmembramientos y sangre por todos lados se siente bastante brutal. Aunque suene macabro he de decir que te acostumbrarás rápido. Además tenemos un par de armas para exhibirnos a gusto.


El antídoto souls
No me las daré de listo pues el subtítulo de «El antídoto souls» lo he escuchado ya las últimas semanas más de una vez y de diferentes medios, pero la verdad que me ha gustado. Este juego representa algo mucho más grande de lo que la gente pueda creer en la industria actual. Ante un mercado cada vez más saturado de títulos que buscan destacar, y entre ellos tantos soulslike que siguen la misma fórmula y llevan por bandera el ser «juegos difíciles» esto supone un golpe en la mesa demoledor.
En pleno 2025 y por sorpresa entra en escena uno de los reyes de la acción como un torbellino arrasando todo a su paso, demostrando lo que es un auténtico combate lleno de capas, pero que a la vez, menos significa más. Es la antítesis del combate souls, pero se permiten ciertas similitudes.
Con cualquiera de los personajes que jugaremos durante la historia o misiones de equipo estaremos ante un combate ágil y letal, cualquier golpe cuenta, y más aún si podemos ejecutar. Esto no es un RPG, no esperéis muchas mejoras, solo dos a cada arma que tengamos y Nimpos, nuestras magias. Y esto bajo un coste de dinero en la tienda. El resto será tener suerte si encontramos alguna esfera o colgante para aumentar nuestra vida máxima.
No tenemos mucho tiempo para pensar, hay que actuar rápido, pues los enemigos lo harán y no dudarán ni un segundo, muchos de ellos son erráticos y fácilmente podemos vernos rodeados de 4 o más enemigos que nos pueden poner las cosas muy feas. Para esto es vital conocerse todos los movimientos y habilidades de nuestro personaje, principalmente Ryu, pues contamos con una enorme lista de combos que nos hace estar más cerca de los juegos de lucha que otra cosa.
Ninja Gaiden 2 Black representa una nueva forma, o mejor dicho, renace la forma de comprender que la dificultad no está solo en grandes barras de vida, parrys perfectos o esqueletos explosivos esperando tras una puerta, es un sistema de combate distintivo que a los mandos se convierte en un baile precioso. Y dicho sea de paso, también puede ser una absoluta masacre en pantalla de decenas o cientos de combos interminables para los más aguerridos.


Un juego perfecto que convive ahora junto a otros títulos de acción y destaca mucho por su novedad, aunque realmente siempre estuvo ahí, pero nos lo tenían que recordar.
Los jefes son la guinda
Algo que en especial me ha gustado de este juego son sus jefes, aunque en ciertos momentos me frustraran las batallas también. Son grandes enfrentamientos que ponen a prueba todo lo aprendido, y de paso te recuerdan que no eres tan guay, espabila que aquí te ponen del revés.
Combates en los que esquivar bien un ataque puede suponer en un contraataque letal lleno de combos demenciales y con ello hacernos la mitad de la pelea literalmente. Los jefes no son esponjas, pese a ver una barra de vida que ocupa casi toda la pantalla, con una buena ejecución la batalla termina al minuto. Requiere de habilidad, pero llegar a ese punto supone también mucha satisfacción.
Con todo esto se remata hablando de otros modos de juego, que suman a la historia, de unas 10 horas de duración. Para justificar también su precio y el poder dar más caña a los mandos junto a otros personajes. Tenemos las misiones de equipo, dedicadas para dos personajes a nuestra elección, o los capítulos reto, para pasarnos las misiones de la campaña de nuevo con puntaje o con más dificultad. Para más inri, los completistas lo pasarán bien con la variedad de logros y trofeos, también para bastantes horas.
Con Ninja Gaiden 2 Black me he llevado una sorpresa muy agradable de inicio de año, un buen título, que entretiene y engancha a todos aquellos que echen un poco de menos esa sensación de los juegos de acción de hace unos años. Desde el lado más técnico, visual o sonoro, no decepciona, es justo lo que tiene que ser. La mejor forma de renovar una aventura de esta escala, aunque sin muchos añadidos de contenido y con una falta de compresión que no se entiende en absoluto.