Del éxito de la serie al videojuego, hoy analizaremos Peaky Blinders: Mastermind. Un juego basado en los tejemanejes de la familia Shelby con el toque de los puzzles en tiempo real. Futurlab, junto al apoyo del creador de la serie han conseguido crear un producto de lo más curioso, donde se antepone la jugabilidad a la historia, y esto lo hace de la forma más arriesgada posible, sin embargo, la planificación y la creación de acciones simultáneas le dan algo más que el aprobado.
Ya sabemos que las adaptaciones de series o películas dan miedo, pocas son realmente buenas. En este caso llaman la atención ciertas características, algunas cosas se quedan cortas pero otras cumplen la cuota para los fans de Peaky Blinders. A continuación os detallamos más esas características.
Una historia a a la altura
Varias cosas son las que chocan nada más empezar a jugar, lo primero y más destacable es que la narración de la historia es mediante imágenes estáticas, ilustraciones con diálogos pero sin doblaje. No es que este último punto sea obligatorio pero siempre es un detalle que suma, más al ser la adaptación de una serie.
Por otra parte no nos ocultan nada, vemos que hay 10 niveles, nada más. El juego tiene aproximadamente unas cinco horas de duración, aunque depende de nuestra habilidad. Todos estos cuentan con unos minutos de diálogos entre los protagonistas, a modo de introducción. También hay que decir que los sucesos ocurridos en el juego forman parte de la primera temporada de la serie. No es necesario ver la serie para enterarse de todo, aunque siempre hay algunas referencias que están hechas solo para los fans. Además con cada nivel completado desbloquearemos el siguiente, posteriormente podremos repetir los que queramos, por coleccionables o desafíos principalmente.
Tras todo esto entramos de lleno a investigar las calles de Birmingham con estos gánsteres callejeros. La ambientación es perfecta, idéntica a lo visto en la serie, las calles y los personajes nos meterán de lleno en la trama. Y más concretamente en la mente perfeccionista de Tommy Shelby. Aunque todo sea dicho, el apartado visual busca ser simple, incluso roza con el cel shading. Esto junto con la vista isómetrica hace parecer al juego algo más arcade de lo que al final es. No es un punto por donde vaya a salir ganando el juego, para lo que estamos acostumbrados se queda corto en gráficos, pero aún así es suficiente para identificarnos como un Peaky Blinder.
La mecánica de los rompecabezas
La forma en la que funciona cada nivel va cambiando y volviéndose más complejo con el paso de los mismos. Desde el primer nivel, que solo llevamos a Tommy, hasta el último, que llevamos a todos los integrantes de la familia. Cada uno será único, y siempre tendrá un camino de puzzles listo para ser resuelto, normalmente en compañía de otro personaje, pues es aquí donde reside el gran punto a favor para la jugabilidad de Peaky Blinders: Mastermind.
Todo ese conjunto de mecánicas llevadas al límite lo podremos ver más a menudo en el último y penúltimo nivel. Y por desgracia es en esa parte final del juego donde sale a relucir todo el potencial del juego. Las acciones simultáneas o la planificación están siempre a la orden del día en este juego, pero más aún cuantos más personajes tengamos, pues el tiempo corre, aunque esto mismo no es del todo verdad. Podemos completar las distintas fases del juego en pocos minutos, de hecho todas son contrarreloj. Sin embargo, podemos rebobinar, haciendo retroceder el mismo tiempo y las acciones de nuestros protagonistas. Así conseguiremos por ejemplo que Tommy pueda pasar por una puerta mientras otro le ayuda a abrirla desde el otro lado con un mecanismo.
Por ello conocer el entorno que nos rodea y las capacidades de nuestros personajes es vital. Ada y Polly actuarán de señuelo y sobornarán a los guardias, respectivamente. Arthur y John harán las veces de matones, aunque exclusivamente uno podrá romper puertas y el otro podrá quemar barricadas. Por último está Finn, capaz de colarse por pequeños huecos y Tommy con la capacidad de persuadir a otros para que hagan cosas por nosotros. Así pues combinando la habilidad de todos estos debemos de abrirnos paso por el mapa a la mayor velocidad posible, y os adelantamos que resulta de los más entretenido y satisfactorio una vez entendemos el resultado que nos puede dar el juego.
Una buena adaptación
Como suele ser dejamos la música y el apartado sonoro para el final, pero aquí hay poco que decir. Una ligera melodía que obviamente nos recuerda algo a la serie, tanto en la interfaz como en los diálogos. Pero está ahí para cumplir, simplemente buena.
Con Peaky Blinders: Mastermind tenemos ante nosotros la posibilidad de meternos en la cabeza de la familia Shelby y ser parte de sus planes para controlar las calles de Birmingham. Con el paso de los niveles quizá se vuelva repetitivo, pero pocas veces sentiremos eso, intentará innovar en casi todos. Resulta entretenido hasta el último momento, y pese a la simpleza gráfica cumple más que de sobra para sentirnos dentro de la narrativa. Y además podremos disfrutarlo en todas las plataformas y con toda seguridad que da igual donde sea, lo disfrutaréis al máximo en todas.