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Análisis SCHiM – En lo simple está la belleza

Hay veces (no demasiadas) en las que con pocas palabras, un título logra transmitir mucho más que uno con intensas e interminables líneas de diálogo. SCHiM es uno de ellos, donde con tan sólo unos pocos colores, murmullos, movimientos y gestos de personajes junto a su banda sonora, logra contarnos toda una vida. Una vida que, en un principio parece completamente feliz.

Cuando hablamos de videojuegos indie, siempre está la pequeña broma de: ¿Quién se va a morir? ¿Quién tendrá la mayor angustia? Y es que nada más lejos de la realidad, muchas veces los desarrolladores encuentran en su título una vía de escape o una forma de expresión en la que plasmar algunas de sus inquietudes. Y… ¿Cuáles son las que Ewoud van der Werf y Nils Slijkerman nos habrán tratado de transmitir con SCHiM? Desde ya mismo, os confirmamos que, al menos desde The Art of Gaming nos hemos visto muy identificados.

SCHiM ganó mucha repercusión gracias también a la aparición en eventos como Wholesome Games, donde pudimos ver un gran interés en la conferencia y además, ha tenido una pequeña versión demo durante el último Steam Next Fest, generando en cierto modo unas opiniones divididas (tal y como hemos podido comprobar en su punto de encuentro).

Antes de pasar a comentaros nuestra experiencia, os dejamos con su tráiler:

Toda una vida estaría contigo

No, no estamos hablando de la famosa canción cantada por Luis Miguel, sino que nos referimos al protagonista y su sombra que, sería de esperar que fuese una vida juntos, pero ciertos eventos harán que se rompa ese vínculo. Podemos ver desde el principio de la historia el desarrollo de la vida de un joven niño, jugando en el parque con sus amigos, hasta la adolescencia, la graduación en su universidad e incluso su primera relación amorosa. Todo esto sucederá durante nuestros primeros minutos de juego, aunque pronto esa felicidad se desvanecería.

¿Cómo habrá sucedido esa separación entre hombre-sombra? Fruto de malas experiencias como ser despedidos de un trabajo, así como una ruptura amorosa hacen que nuestro humano favorito deje de tener sombra. Desde este momento encarnaremos únicamente ya a la sombra, persiguiendo de nuevo esa unión.

Durante nuestra partida saltaremos de silueta en silueta, tratando siempre de evadir la luz, ya que más bien aguantamos poco tiempo expuestos (apenas dos segundos). Únicamente contamos con dos saltos, uno más largo seguido de uno más chiquitito. 

De nenúfar en nenúfar

Es imposible no asociar el aspecto de nuestra sombra a una especie de ranilla tratando de saltar entre nenúfares, aunque desde este momento, ya os confirmamos que todo va a ser coser y croar. Como jugadores, tendremos también que interactuar con distintos objetos que nos cruzaremos en los niveles, como botones y maquinaria que harán que elementos del entorno se vayan moviendo, con la finalidad de generarnos nuevas oportunidades para avanzar.

En un principio, pueden resultar algo dudosos, debido también a la falta de diálogos o tutoriales per se, aunque resulta muy satisfactoria la forma de guiarnos a través del escenario, sin mediar palabra ninguna y logrando que el jugador se sumerja de lleno en su partida.

Todo está dividido por distintos niveles, en cierto modo dándonos una sensación como de juego por fases (típico de dispositivos móviles), por lo que sentimos que este formato le hubiera venido genial a los jugadores de estas plataformas. Además, recordamos que se encuentra disponible en PC, PlayStation 4/5 y Nintendo Switch, siendo esta última híbrida la que consideramos que mejor le viene el formato de SCHiM.

Este videojuego puede ser entendido como algo lento, pues dura más o menos entre unas cuatro y seis horas, sin demasiada dificultad, aunque resultando bastante satisfactorio avanzar, ya que apenas tendremos castigo (más allá de aparecer en una sombra previa a modo de «punto de control»).

Las vacas «dan leite» y SCHiM DELEITA

Si hay algo que sabíamos incluso antes de comenzar nuestra partida en SCHiM, es que probablemente su apartado artístico nos encandilaría y, como no podía ser de otra forma, lo ha logrado. Los escenarios con apenas dos colores (uno para luces y otro para sombras), en conjunto siempre con el negro para indicarnos las sombras, logran transmitir distintas sensaciones como la calidez o la soledad/melancolía de una forma más que efectiva.

Por otro lado, la banda sonora parece coordinarse con elementos como los rayos, donde ese ruido ambiental mantiene el diálogo perfecto con la música, la cual en ciertos puntos… ¡Nos recuerda incluso al lo-fi! Sin lugar a dudas, la música de este videojuego nos ayuda a tener esa sensación de aventura relajante.

Conclusiones

Los desarrolladores de este juego nos han logrado traer una aventura que, con pocas palabras, nos ha logrado transmitir muchas y muy variadas sensaciones. En ella vivimos cómo siempre hay que vivir el momento, sin pensar demasiado en el qué dirán. El día de mañana ya trabajaremos por sortear los distintos obstáculos, ya que al final, no hay que dejar que apaguen nuestra luz (ni perder nuestra sombra).

La mayor pega que tenemos con SCHiM es que se siente muy lento en bastantes ocasiones y, creemos que podría haberse explorado más el tema de cómo poder añadir elementos dinámicos a los entornos para hacer de nuestra experiencia y viaje algo más dinámico. De igual forma, creemos que si os gusta lo que habéis visto… ¡Seguro que disfrutáis enormemente de SCHiM!

SCHiM: Un título en el que la belleza y lo oscuro se dan la mano para traernos un viaje muy gratificante. La historia de una sombra en búsqueda de su humano favorito a través de las distintas emociones por las que pasan ambos. Conjito

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von 10
2024-08-01T18:08:53+0200

*Este análisis ha sido realizado con una copia digital proporcionada por Keymailer.

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