El género de las carreras es eterno, sabemos que veremos uno cada año. Y los adictos a la conducción siempre esperan a que llegue ese momento del año para pisar el acelerador. Hoy concretamente hablamos de carreras de karts, y como las comparaciones son obvias intentaremos apartarlas, y comentar única y exclusivamente Team Sonic Racing. De la mano de Sumo Digital y Hardlight, llega un nuevo juego para el erizo más famoso de todos los tiempos.
Sega ya nos tiene acostumbrados a estos spin-off de carreras entre sus personajes. Muchos quizás conozcáis los All-Star Racing, donde participa Sonic y muchos de los personajes más icónicos de la compañía. Pues en esta ocasión tenemos un juego de carreras de karts exclusivo del universo Sonic. Fue lanzado el 21 de mayo de 2019, además es de los últimos juegos del erizo, el último en solitario y como único protagonista si no contamos Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Los amigos de Sonic no lo pillaban corriendo así que se pusieron al volante
El aspecto más importante en las carreras que corramos es que no lo hacemos sólos, siempre en equipo. Además estos equipos están cerrados, un ejemplo es el de Sonic, Knuckles y Tails. En el juego tendremos hasta cinco equipos, con hasta tres integrantes en cada uno, e independientemente nos encontraremos con vehículos únicos para cada uno, centrados además en una función. Tenemos vehículos de tres tipos: Velocidad, técnica y potencia.


Por otro lado existen las carreras individuales, de exhibición, por si nos apetece abandonar un rato la monotonía del equipo. Y para más ahínco tenemos el clásico modo contrarreloj para superar nuestras marcas vuelta tras vuelta. Sin embargo en las carreras ya hay varios problemas a destacar. El primero y más grande de todos es que nos encontraremos ante circuitos demasiado simples, además de muy anchos, para acomodar claro a 12 corredores. Y esto, así como el ritmo de las carreras hacen de este un juego lento. Y hablando de un juego de Sonic, decir que es lento es todo un problema. No vemos una velocidad vertiginosa, comparando el juego con cualquier otro de conducción o de karts se queda muy por detrás.
Y no hay que confundirse, es un juego entretenido, que da para unas horas, y teniendo en cuenta lo que vale sí que es rentable. Quitando ciertos puntos se quedan unas carreras para entretenerse durante un rato, variadas, con atajos, objetos múltiples y vistosas.
Sin embargo, hay un apartado que me ha llamado la atención y me ha gustado mucho. Ese es «el garaje» donde podemos modificar nuestros coches. Podremos cambiarles piezas para mejorar sus características así como pintarlos a nuestro gusto. Las opciones que en este caso nos dan son muy amplias y variadas, hasta aquí todo bien.
El gran problema está en conseguir esas nuevas piezas, pues se consiguen en base al botín de cada carrera, gastando puntos ganados simplemente. Estos puntos los gastamos en «cofres» totalmente aleatorios, por lo que podemos gastar toda una eternidad corriendo y ganando puntos porque no se te garantiza nunca que te vayan a tocar accesorios para el coche. Hay que añadir que en estos paquetes te pueden salir también objetos con los que empezar las carreras. Así que gastar tiempo ahí es muy absurdo.
Una historia poco destacable pero aceptable
Yendo al grano la historia que nos encontraremos en Sonic Team Racing no es ninguna sorpresa. Cada mundo tiene varios niveles, con carreras y desafíos. Según vamos avanzando en dichos niveles avanza nuestra historia, y diciéndolo todo, está muy poco trabajada. A Sonic y a sus amigos los llaman para probar unos vehículos y unos circuitos, todo esto organizado por un hombre de lo más curioso. Rápidamente salta la duda de si te están engañando para algo, pero el giro de guión es tan previsible que no hace falta decir quien es el villano de verdad. Aún con todo esto dicho no espero mucho más de este género, no es lo justo, pues hemos venido principalmente a correr.


Sin embargo, corriendo en este modo historia me he dado cuenta de lo repetitivo que puede resultar hacer siempre lo mismo, y es que una vez el juego se queda sin circuitos los invierte, es decir, les da la vuelta y ya. No es un mal recurso, pero no creo que haya que abusar, sobre todo porque este modo es uno de los principales. Pero no todo es malo, los diálogos están muy bien, siempre acorde con los personajes, y te la van contando de una forma muy gráfica, recordando mucho al Sonic Rivals de PSP.
Los diálogos en las carreras son otra cosa por ejemplo, pues en este caso se hace realmente tedioso muchas de las cosas que nos cuentan nuestros compañeros de equipo. Este problema viene de que tienen unas frases predefinidas para decirlas en momentos aleatorios sin tenerse en cuenta la situación de la misma carrera. Y considero este un fallo garrafal y de los más importantes del juego.
Además aquí quiero hablar del megaturbo, una mecánica fácil de explicar, siendo esta lo que suena, un turbo muy potente. Lo activamos tras rellenar una barra de puntos, basada en las acciones en nuestra carrera, como pasar objetos a compañeros o hacer acrobacias. Pues en caso de que lo tengamos nuestros compañeros no dejarán de recordarnos que lo podemos usar. Y no se tiene en cuenta en ningún momento que quizá quieres guardarlo para la última vuelta, pues usarlo ahí te garantiza casi siempre la victoria.


Un resultado entretenido y nada más
En este juego de Sonic parece que nada destaca muy por encima, ni la música. Algo que parece tan sencillo, en un personaje tan emblemático cómo es el erizo también se queda por detrás, simplemente cumple la cuota por así decirlo, como casi todo el juego.
Se nos queda un juego realmente entretenido solo por la parte jugable, y quitando alguna que otra cosa es interesante, con buenas ideas. Si es verdad que pronto se vuelve repetitivo, pero pienso que el modo multijugador ayuda mucho a evitar la monotonía, al igual que los desafíos varios del juego. Con todo ello se queda un juego simple, no muy largo y no por ello malo. Cumple y llega al aprobado.