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Análisis The Grappler: Dificultad desmedida

The Grappler es el título con el que KO Productions ha decidido comenzar su viaje en la industria del videojuego. Ellos mismos lo dicen: se inspiran en títulos como Jump King o Getting Over It, y esto solo puede significar una cosa: dificultad. Y, efectivamente, es muy difícil.

Sin embargo, esta dificultad, a veces, puede jugar una mala pasada si el diseño de niveles no está bien pulido, haciendo caer en la injusticia lo que pretendía ser exigencia. En más de una ocasión me he frustrado al verme obligada a repetir demasiadas veces algunos de los niveles. Esta frustración, bien llevada, puede tener una intención diegética como sucede en Celeste. Sin embargo, cuando esta intención no está, el truco de magia que convierte la frustración en flow y se transforma en una sorpresa no está, y se queda siendo simplemente frustración.

En The Grappler tendrás que encarnar a un montañero que, además de saltar, tiene un gancho con el que poder balancearte de una plataforma a otra. Como Pan y Federico, pero sin poder echarle la culpa a nadie. Sin embargo, las físicas de este gancho son algo más toscas.

El arte de The Grappler

El apartado artístico es un pixelart 2D bastante sencillito. Tiene algunos sprites muy bonitos como cierto árbol dorado que vas a ver muchísimas veces. Otros, sin embargo, son de un pixelart algo envejecido a día de hoy, algo plano.

Uno de los problemas que este apartado artístico tiene es que no se ven especialmente bien los sprites que tienen colisiones. Esto ocurre especialmente en la entrada de la torre del principio, en la que no se sabe bien si tiene que subir, bajar, dónde agarrarse…

Esto puede generar muchos problemas, puesto que ya no solo se basa en caer bien en una plataforma (y que efectivamente sea una plataforma), sino que además cuando saltas debes confiar en que vas a lanzar el gancho en una plataforma real, y no algo que se le parece, donde depositas tu confianza y… caes. Caes al vacío y tienes que volver a empezar la partida.

Un juego con unas mecánicas poco pulidas

El apartado jugable de The Grappler es complicado (irónicamente) de definir. Debe ser difícil y tosco, sí, pero debe serlo en base a unas normas. Jump King es difícil y tosco porque tienes que medir el salto. Getting over it te da absoluta libertad de movimiento, pero tienes que hacerlo bien para que el pico entre donde quieres e impulsarte con un buen giro de ratón. En The Grappler el personaje se mueve regular.

Su set de movimientos es un doble salto, un dash y apuntar y disparar una cuerda. Esto se explica en el comienzo del videojuego, explicado exclusivamente para teclado. Y si juegas con gamepad, te lo va a seguir explicando con teclado. Quizá debería haber un detector de dispositivo, o que el tutorial parpadeara. Son cosas no muy difíciles de hacer a nivel de programación y haría la vida de los jugadores de gamepad mucho más sencilla.

Tras descubrir dónde están los controles, toca adaptarse a la cuerda. No está nada mal. Para hacerla más difícil, esta ni sube ni baja, y el apuntado se hace algo complicado. Es de valorar que en el mando hayan elegido el botón de lanzar el gancho en uno de los R, puesto que se apunta con R3. Hacerlo en uno de los botones clásicos (A, B, X, Y) sería imposible de realizar cómodamente. Seguramente sería imposible de realizar a secas. El dash, por otro lado, es no muy largo y el personaje se cae demasiado pronto, de nuevo sumando dificultad.

La dificultad de The Grappler

En algunos momentos el jugador encontrará un arquero que lanza flechas. Para avanzar, tendrás que subir en una de esas flechas, que te hará rebotar, y tendrás que ir con mucho cuidado, porque el salto doble no se te recarga cada vez que caes en la flecha, así que solo tienes una oportunidad de volver a la flecha (y seguramente no lo conseguirás). Este nivel, por llamarlo de alguna forma, es especialmente frustrante.

Porque no hay niveles. El juego es una sola sección, tal como sucede en Getting over it o Jump King. Es por ello que, por mucho que hayas podido avanzar, siempre está la posibilidad de dar un paso en falso y perder absolutamente todo el progreso.

Para un juego como este el diseño de niveles es un factor importantísimo. Sinceramente, aunque haya hecho diseño de niveles, nunca he sido de las que buscaban que este fuera muy difícil. Para elevar la dificultad suelo usar otros medios. Sin embargo, habiendo jugado a títulos como Celeste o Blasphemous, creo que la dificultad elevada en un buen diseño de niveles se hace de otra forma, o al menos de una forma en la que el gamefeel no se sienta tan… poco preciso. Al final, la falta de precisión solo se convierte en frustración y golpes de suerte que no dejan al jugador disfrutar de la obra.

Precisamente, estos juegos suelen denominarse como plataformas de precisión. Para ello se requiere una cosa: precisión. Tanto por parte del jugador, como de lo que el juego puede ofrecer. Y el problema está en que ni en los niveles más duros de Celeste o Blasphemous las cosas se sintieron injustas. Eran duras, pero en todo momento era una batalla justa contra el juego.

En definitiva, The Grappler es un juego que propone una idea muy interesante, pero que necesita todavía un pulido importante en sus mecánicas. Aún así, se trata de una obra recomendada para pasar el rato, especialmente si disfrutas de los juegos difíciles, que te retan a llegar hasta la siguiente plataforma, hasta el siguiente nivel.

Habría sido interesante ver, además, algún tipo de coleccionable que nos contara más sobre su mundo o por qué el protagonista sube. Pero también es cierto que no es importante, ni siquiera el punto de este videojuego.

¡El resto de análisis de The Art of Gaming también es muy interesante!

6.3

Narrativa

5.0/10

Música

7.0/10

Mecánicas

6.0/10

Arte

7.0/10
Publicado en Análisis

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