Wild Hearts es la última gran sorpresa detrás de EA Originals y Koei Tecmo. Desde luego un título del que no espera decir tanto en este análisis. Y sin pelos en la lengua para empezar, en este análisis os voy a contar mi asombro al ver un juego de caza con tanta identidad, y con tantos puntos a valorar. Un RPG centrado en la caza de monstruos con una estética japonesa que llega como un soplo de aire fresco al género.
Por esto también será difícil evitar las comparaciones con el tan famoso Monster Hunter, pero Wild Hearts es un juego único, y con muchas diferencias que lo alejan de la competencia. ¡Empezamos con la cacería!
Una buena caza en tierras niponas
Wild Hearts es un juego repleto de referencias a la cultura japonesa, y Azuma, la gran región en la que nos encontramos será nuestra zona de caza y exploración. Las vestimentas, edificios, incluso el lenguaje, sin importar el doblaje seleccionado nos encontraremos muchos guiños en el guión. Todo nos lleva a una estética general que desde luego creo que casa perfectamente con el juego. Es un título que entra por los ojos, y siento que esta decisión de diseño no podía haber sido mejor.


Nada más empezar podemos tener una buena primera impresión, pero hay mucho más. Tras nuestras primeras horas en las que hayamos creado a nuestro personaje y avanzado por el tutorial llega el momento de nuestras primeras pruebas. Los kemono son las bestias a cazar en este juego. Y para esa ardua tarea contamos con un arma y equipamiento de distinta clase. Sobre todo, y una de las grandes diferencias, los karakuri. Estas son construcciones rápidas que podremos llevar a cabo en mitad del mapeado para ayudarnos con la cacería. Es decir, podemos crear barreras, resortes, ballestas y cientos de cosas más combinando unos con otros. Algo de inicio me daba miedo pues no sabía cual sería el resultado, si realmente sería más tosco o no. Simplemente se siente genial, muy fluido y agradable, mucho mejor de lo esperado. Y también hay que decir que los kemono son a veces predecibles para que nosotros podamos construir cierta estructura.
Volviendo rápidamente a los kemono me queda claro que no hay nada que envidiar de otros títulos como Dauntless o Monster Hunter. Todas las bestias son realmente interesantes, reconocibles y muchas imponentes. Simplemente por su ferocidad y tamaños llaman la atención. En su gran mayoría resultan seres animalescos imbuidos en ciertos elementos de la naturaleza. Esos elementos pueden ser reconocidos como atributos, el tipo de cada kemono básicamente. Siendo éstos Madera, Fuego, Agua, Aire o Tierra. Incluso contamos con variantes de varios monstruos.




Si bien no podemos exigir la misma cantidad de monstruos y contenido, resulta excelente para un comienzo. Más aún cuando está confirmado que el juego no cuenta con microtransacciones y vendrán actualizaciones mes a mes con más kemonos, eventos y equipamientos.
La esencia de la cacería
La historia nos llevará a Minato, una ciudad en una isla que actuará como nuestra casa y base de operaciones. Ahí podremos recibir peticiones (misiones secundarias), comprar, mejorar y en general hablar con algunos personajes de la trama. Sin considerar esta última el punto más vital del juego, pienso que se ha hecho un buen trabajo aunque nada muy destacable. Lo realmente importante y por encima de todo es esa progresión que tenemos como jugadores, y como RPG que es, el aprender sobre los kemonos, los hábitats y el proceso de caza.
El loop jugable ha de resultar entretenido, incluso adictivo. Y lo ha conseguido, ahí está mi asombro, al ver una ambientación que encaja perfectamente y unas cacerías que te mantienen pegado horas a la pantalla sin cansar ni agobiar. La idea para este título ha sido la de recoger todas aquellas faltas que no gustaban tanto o simplemente entorpecían un poco la experiencia de otros juegos para mejorarlas. Wild Hearts es un juego ágil, donde el movimiento es más rápido, la recolección es más rápida y hasta las recompensas finales se nos darán de forma instantánea. Nuestro movimiento por el mapa con los karakuri o en pleno combate es muy satisfactorio. Y por muy difícil que sea el kemono a batir, es difícil sobrepasar la media hora. Teniendo en cuenta que tenemos hasta 60 minutos en las misiones normales. Con todo esto conseguimos una progresión natural en la que sentiremos que no perdemos el tiempo, siempre mejoraremos.


Gran parte de este cambio y sobre todo el aire fresco en torno al juego es por los karakuri. Para mi los protagonistas y la auténtica mecánica sobre la que gira el juego. Contaremos con karakuri básicos, cómo cajas, resortes, antorchas y algunos más, pensados para ser un apoyo instantáneo dentro y fuera de la batalla. Juntar varios de estos supone crear un karakuri fusionado, normalmente con funciones más específicas y devastadoras para algunos tipos de kemono. Usar 6 antorchas creará fuegos artificiales, un karakuri que tirará a los voladores. Y esto se aplica con arpones, ballestas y trampas para cada bestia. Conseguir encontrar las debilidades y usarlas en la caza es vital, incluso para cercenar partes de monstruos, un extra para nuestra recompensa final. Por otro lado, y un gran punto, los karakuri dragón, estructuras de utilidad para fuera del combate, cómo fragua, tiendas de campaña, hogueras, torres para localizar a kemonos y mucho más.
Estas estructuras son imposibles sin hebra celestial, un cargador que podremos rellenar recogiendo por todas las regiones disponibles. En árboles o grandes rocas sobre todo. Nuestro compañero tsukumo también podrá ayudarnos en ese tema, tal y cómo ya lo hace con los kemono. Un gran apoyo en ataque y defensa, muy similar a otros acompañantes en otros juegos de caza. Eso si, siempre tendremos la opción de no llevarlo con nosotros, por si no queremos recibir ningún tipo de ayuda.
Siempre está bien añadir extras al título, lo hace más competente y da variedad a los jugadores. Y desde luego hay muchas cosas que complementan toda nuestra experiencia en Wild Hearts, y no podíamos olvidarnos en este análisis del juego cooperativo. Cazar con amigos o pedir ayuda online con algún kemono siempre está bien. Agiliza aún más el proceso y nos dará ideas, me atrevo a decir, sobre que armas y equipos se utilizan más allá de nuestro conocimiento. Lamentablemente hay ciertos apartados que se ven lastrados por un mal rendimiento y optimización. Este es el caso sobre todo, de PC, plataforma en la cual los jugadores ya han mostrado mucho su descontento. Incluso en PS5, nuestro caso, hemos experimentado algunos fallos menores, entre ellos la desaparición de audio o efectos de los monstruos en ciertos puntos. No nos impiden avanzar pero tenían que ser mencionados.


El resultado de todo esto es un apartado jugable muy fluido y agradable, acompañado por un nivel artístico y gráfico realmente sorprendente. Que por desgracia, pierde un poco en su narrativa, poco innovadora y dónde se podía haber arriesgado más. Tan poco destacable cómo su banda sonora, si bien cumple en los aspectos que considero más importantes, un último esfuerzo en su optimización y varios pulidos habrían hecho del juego una auténtica joya. Y aún así os dará para muchas horas de diversión y vicio del que no podréis salir, un juegazo a tener en cuenta, y mucho más si eres fan del género.
Os recordamos por último que podéis disfrutar de Wild Hearts en PC, Xbox Series X|S y PS5. Este análisis de Wild Hearts ha sido realizado con una copia de prensa de EA para PS5.
Wild Hearts
Pros
- Estilo artístico sorprendente
- Bestias a cazar originales y hábitats muy trabajados
- Sistema de progresión RPG muy adictivo y divertido
Contras
- Mala optimización y rendimiento, sobre todo en PC
- Se podía haber trabajado más la historia, igual que la banda sonora (pese a no ser los apartados más importantes)