En nuestro camino por las Tierras Sombrías, en Elden Ring Shadow of the Erdtree nos encontraremos muchos enemigos, aunque algunos destacan sobre otros (al menos en tamaño), como los Gólems de la Forja. Estos enemigos son como una especie de antorchas gigantes, que nos lanzarán constantemente fuego o, por el contrario, rocas derritiéndose.
Algunos de estos gólems no son tan sencillos de golpear, así que los estructuraremos en dos tipos, aquellos que se pueden atacar a las piernas y los que no.
Gólems de la Forja que se pueden atacar a las piernas
Este tipo de enemigo es bastante sencillo de derrotar. Sus ataques son mucho más potentes a distancia media-larga y, como es evidente, recomendamos utilizar armaduras resistentes ante el fuego. Por otro lado, es mucho más sencillo acabar con ellos a caballo, otorgando golpes de vez en cuando a las piernas y, cuando vaya a efectuar ataques, saltaremos para evitar el fuego que dejará en todo su entorno.
Hay una ocasión especial: cuando sus dos piernas se comienzan a iluminar. En este caso recomendamos alejarnos un poco del gólem, de forma que al saltar, tan sólo debamos evitar la onda expansiva del golpe.
Tras varios golpes en las piernas, el Gólem de la Forja caerá al suelo y se le podrá efectuar un golpe crítico en su máscara, lo que hará que su barra de vida se reduzca considerablemente. Haremos esto varias veces hasta acabar con ellos.
Gólems que no sufren daño en sus piernas
Este tipo de Gólems es el más escaso, pero a su vez uno de los más difíciles de derrotar. Para poder enfrentarlos necesitaremos hacernos con ciertos tarros. Para poder fabricarlos iremos al punto de gracia «Cruz de tres sendas«, desde donde viajaremos hasta una cabaña en la que se encuentran unos manuales que nos permitirán crearlos.
Los materiales que nos pedirá serán muy sencillos y todos los podremos conseguir en las inmediaciones del castillo de Messmer (Fortaleza Sombría).
Para poder acabar con estos gólems, nos situaremos siempre encima de ellos. Una vez lo logremos, tendremos que tirarles hasta cuatro tarros para poder acabar con ellos, siempre apuntando a su zona superior. Existe un caso especial en el Altiplano Sombrío, donde para poder pegarnos con un gólem, tendremos que tirarle antes uno de estos en su cabeza para «activarle».
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