Hace ya un par de semanas, Into The Dead – Our Darkest Days se lanzaba, en forma de acceso anticipado, a plataformas digitales como Steam. Este juego, que combina visuales tanto en 2D como en 3D en una narrativa apocalíptica, es la gran promesa del estudio PikPok, quien lleva desarrollando títulos de esta saga desde, aproximadamente, 2012, mediante juegos de móvil. ¿Listos para adentraros en el centro de una ciudad clínicamente muerta?
Sobrevivir en pareja
Para quienes somos fans del survival horror de zombies, encontrarnos con juegos capaces de absorbernos durante horas sin cansarnos es toda una hazaña. Porque sí, pese a que el género zombie está bastante explotado y hay títulos a punta pala, muchas veces podemos sentir que estamos jugando al mismo juego una y otra vez. Y eso, precisamente, es lo que no nos ha pasado con Into The Dead – Our Darkest Days.
Al principio del juego, y tras una cinemática que nos deja muy claro que el gobierno ha abandonado el control de la situación (de la mano, cómo no, de la corrupción), se nos indica deberemos sobrevivir por encima de cualquier cosa, pagando el precio que sea.
Tendremos que escoger entre distintos grupos de parejas, que van desde matrimonios hasta terapeuta y paciente, pasando por grupos en los que hay gente muy, muy joven. Cada uno de estos personajes posee varias habilidades y desventajas que tendremos que aprender a manejar en lo que duran nuestras partidas. Por lo general, no suelen ser aspectos demasiado relevantes a la hora de la supervivencia, que dependerá más de nuestra destreza, sino que son más bien genéricos, por lo que podemos decir que es un título cuyos personajes principales están muy bien balanceados entre sí. No hay una pareja mejor o peor, hay distintos jugadores que se apañarán de una forma u otra con cada grupo.


Y ese es otro elemento muy importante: cada partida durará lo que nosotros seamos capaces de aguantar, y si una persona de la pareja fallece, tendremos que continuar únicamente con el otro personaje, siendo una enorme desventaja para temas de exploración y creación de recursos.
Pero no hay nada de lo que preocuparse: aun quedándonos solos, es muy probable que aguantemos lo suficiente como para ir encontrando a otros supervivientes por todo lo ancho de la ciudad que estén dispuestos a unirse a nuestro grupo. Con ello, el grupo crecerá, y sus necesidades también.
Todo el mundo manos a la obra
Cada día se divide en dos ciclos pequeños: día y noche, y por cada uno de ellos, lo óptimo será encargar una tarea a cada uno de nuestros supervivientes. Las tareas se dividen en tres: creación de elementos para proteger el refugio (como barricadas), creación de víveres y útiles (como medicamentos, ganzúas…) y exploración, siendo esta última uno de los elementos más importantes, dado que en cada lugar al que vayamos encontraremos distintas herramientas y elementos que servirán para las dos tareas anteriores.



A su vez, la exploración es lo más peligroso, dado que hay zombies sueltos en cada uno de esos lugares (como era de esperar en un grupo de zombies). Por desgracia, los personajes no son demasiado hábiles en el combate cuerpo a cuerpo y tres golpes nuestros equivalen a un solo golpe de un zombie, por lo que lo óptimo será siempre ir armado, y este es un ligero problema que hemos encontrado a lo largo de nuestras partidas en Into The Dead – Our Darkest Days.
No es nada fácil encontrar armas eficaces. Varias de las que hemos encontrado suponen solo dos o tres golpes para un zombie. Tras ello, inevitablemente, se rompen. Y no podemos fabricar más in situ, por lo que ir a puño limpio siempre parece la mejor opción (aunque, desde luego, no lo es).
Por otro lado, hemos encontrado un combate que, pese a ser simple, es algo tosco. No siempre que intentamos esquivar lo conseguimos, porque el momento indicado para ello es demasiado pixel perfect. Y no siempre que golpeamos a un zombie acertamos: también nos ha pasado el querer golpear a dos zombies a la vez y que solo uno de ellos recibiera el impacto. Si bien es cierto que tras un par de horas de juego te haces a los controles y recibes menor cantidad de golpes, en un principio puede llegar a desesperar.


Este aspecto, unido con que todas las partidas comienzan siempre igual y no desde distintas localizaciones del mapa, hacen que el título se nos pueda hacer algo cuesta arriba en un principio. De hecho, hasta que no comprendes esa dinámica de tener que ir saltando de un lugar a otro para esquivar las hordas de los zombies (las barricadas de la casa no resisten lo suficiente pasadas unas cuantas noches y se deterioran con mayor facilidad), no terminas de avanzar del todo en tu aventura.
No me despeguéis del asiento, gracias
Pero independientemente de la forma que tiene Into The Dead de hacernos sufrir, con sus más y sus menos, hemos de decir que este juego es completamente absorbente. No siempre nos ha pasado el haber tenido que estar pendientes de la hora que era para dejar de jugar y realizar otras actividades del día a día. Y es de lo mejor que se puede decir en cuanto a la cantidad de horas de entretenimiento que nos da este juego.



No importa con qué pareja estés jugando, no importa cuántas horas lleves jugadas: siempre vas a querer un ratito más. Into The Dead – Our Darkest Days es ideal para los amantes del género e, incluso, para quienes recientemente se acaban de familiarizar con él. Dadle una oportunidad, no os arrepentiréis.