Una vez más Madrid recibía una de las convenciones más grandes de la cultura japonesa y pop del momento. Nos acercamos al IFEMA y disfrutamos un año más de la Japan Weekend de Madrid, durante el 24 y 25 de septiembre. En un espacio de 4 pabellones distintos pudimos ver stands comerciales, no comerciales, escenarios, conferencias y mucho más.
Como es habitual en estos eventos teníamos un horario lleno de actividades, para los más interesados en el anime y dibujo, como para los que querían aprender a combatir con un sable láser. En inicio del sábado fue bonito, gente ilusionada, con ganas de pasarlo bien, ver espectáculos, stands, o exhibir sus cosplays y simplemente pasarlo bien con amigos. Hablamos de un evento que une a mucha gente, y pocas veces al año tenemos esta oportunidad. Durante los dos días se respiraba este aire, aunque el domingo de una forma más calmada.
Lamentablemente la organización no brillaba por su orden, al menos el sábado no tuvo nada que ver con el domingo. Ese primer día de Japan Weekend hubo aglomeraciones realmente grandes, formando cuellos de botella en el intercambio de pabellones. Teniendo que intervenir la seguridad del centro. Algo que apaga mucho el énfasis y la gracia en un evento tan grande. Recordamos que eran 4 pabellones, al limitar el pase de uno al otro, suponen minutos u horas de espera y colas. Durante el mediodía y tarde es cuando más se vio esta situación. Algo que afectó a mucha gente y provocó el descontento. También se ha conocido el caso de algún artista que ha sufrido de robo, pese a ser pocos estos caso son existentes, y cuanto menos preocupantes. Definitivamente estos son puntos a repasar para próximos sábados en las Japan Weekend de Madrid.
Recalco el sábado, porque el domingo fue un día muy agradable en comparación, menos gente, sin aglomeraciones ni miedos. Aún así lleno y donde se podía apreciar igual el disfrute. Los artistas y puestos en general estaban más tranquilos, sin los nervios de los primeros días. Y bajo la declaración de más de uno «ha sido increíble». Es un hecho que estos eventos son una gran oportunidad de exposición y venta para artistas y creadores independientes. Casi 500 repartidos en Artist House y No Comerciales. Un número muy elevado, y así tenían el pabellón 3 entero para ello. En mi opinión personal, obligatorio pasar por ahí, la calidad de tantos creadores vale la pena y algo te podrás llevar a casa, ya busques prints, llaveros, pegatinas de todos los rangos y precios.
Con los stands comerciales y más genéricos no hay tanta sorpresa, figuras, tazas y merchandising. Algunos de primera calidad y otros con productos recogidos de otros medios. Igualmente los precios no distan mucho de lo que vemos normalmente. Además de las oficiales, como el caso de Banpresto claro está. Otros creadores o influencers contaban con su hueco, así como la literatura y videojuegos se encontraban totalmente presentes en otros lugares. Resulta un lugar interesante para buscar juegos retro, algo antiguos o retirados de puntos de venta habituales. Pero por si lo preguntáis, también hay espacio para juegos actuales, incluso un puesto de juego de Nintendo Switch. En este vimos a muchos jugadores con el último Splatoon 3.
Frente a esa zona de juegos, en el pabellón 7 había un gran escenario, para actuaciones musicales, teatrales, desfiles de cosplay y más. Un lugar donde se reunía la gente a disfrutar y otros a descansar de las caminatas por la Japan. Kpop, rock, bandas sonoras, y un poco de todo para amenizar el día. Durante los dos días fue mi lugar de retiro para cuando tenía que descansar o comer algo. Y esto me viene genial para hablar de este punto, la comida. Con poca novedad e innovación en lo que respecta otros años, las mismas colas pero los establecimientos de comida más repartidos, ofreciendo bastante variedad.
Uno de los pabellones que nos dejamos para el final es el primero, el más cercano a la entrada, pero también uno de los más vacíos. Con un ring de combate, donde presenciamos una pequeña demostración al más puro estilo WWE. También encontramos ahí la zona +18, una exposición de cuadros NSFW. Y algún puesto comercial más y de comida. Simplemente un pabellón más tranquilo y de introducción al resto del evento. Entre pabellones o a los laterales de los mismos también se encontraban lugares de conferencias o puesto relacionados también interesantes. Para aprender algo de japonés o coreano, para cantar openings de anime o incluso carteles temáticos para hacerte fotos. Estos últimos eran Dragon Ball, Jujutsu Kaisen o Tokyo Revengers en el stand oficial de crunchyroll.
La única pega a esta bonita experiencia es la mencionada el sábado. Muchas aglomeraciones y falta de orden. Aún siendo una pena que un día tan importante pierda su peso por ciertos fallos hay que diversificar algo más los pabellones, o incluso ampliar a otro pabellón más si es necesario. Claramente es mucha gente la que disfruta siempre de estos eventos, y cada vez más. Hablamos de un mercado muy comercial y en continua expansión. Con todo ello, los artistas y creadores siguen siendo claros protagonistas, además de cosplayers y el ánimo general creado por fans de la cultura japonesa, y al fin y al cabo, videojuegos y cultura popular entorno a todo esto. Es un fin de semana disfrutable, que como siempre, volveremos a ver en febrero del año que viene en IFEMA, aquí en Madrid.