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Análisis Tales of the Neon Sea, el impresionante indie pixelado

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Hemos tenido la oportunidad de probar y preparar este análisis de Tales of the Neon Sea. De la mano de Yiti Games a los mandos del desarrollo y con Thermite Games como editor, ha llegado en formato físico gracias a Tesura. Vamos a ver qué ofrece este curioso indie que, por lo que ya os adelantamos, os soprenderá en absolutamente todos sus aspectos.

Rex, un viejo detective fuera de lo común

Pocos personajes habrá en juegos indies que sean capaces de tener peor suerte que Rex, un viejo detective que tuvo que retirarse del cuerpo de policía y cuya mitad del cuerpo está conformada por componentes robóticos. Su día a día no dista mucho de cualquier otra vida distópica en la que conviven humanos y robots: vive con su robot personal, BB-X, y éste es el único ser con el que mantiene un determinado contacto personal, como dos viejos conocidos. Por desgracia, esta es la constante en la ciudad de Rex.

La narrativa distópica del lugar es sencilla: hace varios años, existió una rebelión. Los robots se alzaron contra los humanos guiados por un Profeta. Cada bando tenía sus propias inquietudes, pero los robots fueron quienes dieron el paso para alejarse de la sociedad humana. Cómo no, este otro bando prefirió someterlos, lo que desencadenó una serie de conflictos bélicos a lo largo del mundo.

Los escenarios están construidos sobre unas bases estéticas espectaculares. Por cierto… ¿Encontráis el easter egg?

En cuanto las amenazas de guerra escalaron a nivel nuclear, se firmó un acuerdo de paz que fue negociado por el Profeta y los seres humanos, pero nunca volvió a ser lo mismo. Es entonces cuando la humanidad empieza a ver de manera negativa a los robots, profiriendo con insultos, humillaciones y vejaciones hacia los mismos.

No nos vamos a mentir: en un mundo así, siendo medio robot, no es fácil salir adelante. Es por eso que nuestro detective no está viviendo su mejor momento además de su edad y situación económica, pero va saliendo adelante como puede. Y, cómo no, el destino se la tenía guardada. En cuanto decide comenzar a buscar algunas piezas nuevas para reparar a su robot, que se ha quedado desfasado con los años, la vida de Rex da un giro de 180º.

Y es que hay un cadáver justo al lado de su casa.

Rex, que ya es perro viejo, se embarca en la aventura de descubrir quién es el asesino de la mujer que ha encontrado entre las bolsas de la basura. Humanos, robots, gatos, puzzles, escenarios… Todos se conjugan en una historia que nos ha atrapado y ha mantenido nuestra atención en todo momento. Y ahora veréis por qué

El uso del color y de la luz en este juego son una lección para los amantes de la estética futurista

Los puzzles, el aliciente principal del juego

Algo que no podemos obviar en este análisis de Tales of the Neon Sea son sus mecánicas: son las que hacen rodar toda la historia. Estas mecánicas están basadas en la lógica de resolución de puzzles y pequeños desafíos que nos propone el juego. Y son necesarios absolutamente todos para avanzar en la trama. Ya sea desde abrir la cabeza de un robot en un orden concreto que ayuda a desencajar las piezas, o poniéndonos en la piel de un adorable gatito que tiene que descubrir quién es un traidor dentro de una familia de felinos muy similar a la del Padrino.

Cada puzzle, cada pequeña acción que llevamos a cabo, cada camino sobre el que decidimos poner el pie tiene una razón de ser. No hay nada colocado por casualidad o por robarnos tiempo, sino porque verdaderamente tiene un peso sobre la historia. Incluso hay rompecabezas que tienen su propia narrativa y que nos darán un premio extra si logramos resolverlos.

Lo cierto es que muy pocos de ellos rebosan complejidad: pese a que a simple vista alguno pueda parecer complicado, no hay apenas puzzles que puedan mostrarse como un problema para avanzar en la historia. Y es eso lo que convierte a Tales of the Neon Sea en una entrega muy ágil a nivel jugable y narrativo. No estaremos más de cuatro o cinco minutos resolviendo un puzzle, que nos hará saltar al siguiente, y así de manera sucesiva.

Otro de los puntos positivos de la entrega es que hace uso (¡al fin!) de la pantalla táctil de la Nintendo Switch. Si antes había pantallas en las que teníamos que arrastrar el cursor con los joysticks, ahora podremos olvidarnos de ello gracias a esta funcionalidad. No son tantos juegos los que te otorgan la oportunidad de trastear con la pantalla táctil de la consola, y en este caso, se ha implementado de forma que agiliza varios procesos, como las búsquedas de pistas o de rastros en el suelo. ¡Todo un favorazo para quienes somos de explorar cada detalle!

Gatos. Ya está. Esa es la leyenda de esta imagen.

Sin embargo, uno de los puntos donde más fallos se observan en Tales of the Neon Sea es la traducción. Los errores de localización al castellano se reparten por doquier, en prácticamente todos los textos del juego exceptuando el principio. No es un aspecto que determine nuestra partida, pero un repaso no habría sobrado en absoluto a la hora de lanzar el juego.

Te gustará si…

Tales of the Neon Sea es un juego que hace uso de su sencilla (y cuidada) estética pixelada para contar una historia que rebosa en su profundidad. Si te gustan los gatos, los píxeles y los juegos de puzzles y de aventuras gráficas, como Syberia de Benoît Sokal, Tales of the Neon Sea os encantará. ¡Os recordamos que podéis encontrarlo disponible físicamente desde el 21 de abril, en ediciones tanto Normal como Coleccionista de la mano de Tesura Games para PS5, PS4 y Nintendo Switch!

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